El Universo

EL MEJOR REGALO EN ESTAS FESTIVIDAD­ES ES CUIDARNOS Y PROTEGER A NUESTROS SERES QUERIDOS DEL COVID-19

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Hay medidas que pueden ayudar a reducir el contagio en reuniones sociales.

No solo la crisis económica golpea las tradicione­s de los ecuatorian­os este mes. También está el miedo a contagiars­e del virus. Luis Segura habló con su familia y decidieron que cada núcleo familiar pase en sus viviendas. Realizarán una videollama­da grupal: “Queremos proteger a mis abuelos. No queremos que por una reunión se contagien”, dice.

Pamela Orellana y su familia decidieron dejar a un lado los “materialis­mos” y pasarán en pijama. Cenarán “algo sencillo” y verán películas de Navidad. Sus hijos estarán “limitados” en juguetes: “Hay otras prioridade­s”.

Sin embargo, hay familias que sí piensan reunirse en grupos grandes aplicando, según ellos, normas de biosegurid­ad. Claudia dice que su familia decidió que antes de las fiestas del 24 y 31 se realizarán pruebas rápidas para detectar el virus y estar juntos.

Para Esteban Ortiz, médico especializ­ado en salud pública y global por la Universida­d de las Américas, lo principal es evitar que la gente se reúna.

Sin embargo, se debe entender que en el contexto de las fiestas “la gente ya está cansada de la pandemia, tienen lo que se llama la fatiga de la pandemia”. El especialis­ta considera que no se puede prohibir que la gente se reúna, por lo que se debe minimizar el riesgo. En este sentido hay que aplicar la prevención secundaria, es decir, evitar que se dé el contagio y para eso hay que “actuar”.

Recomienda reducir al máximo el número de asistentes. Es ideal que solo sea el núcleo primario (abuelos, hijos y nietos de una sola familia). Además, priorizar lugares que sean al aire libre como terrazas, patios o pérgolas. Si la reunión se realiza dentro de una casa, debe buscarse un lugar ventilado donde se puedan abrir puertas y ventanas para que el aire circule. Tratar de aislarse al menos siete días antes de la reunión y tener una vida social poco activa.

Si se tienen los recursos, aplicar pruebas rápidas de antígenos a los invitados antes de entrar a la casa. No confundirs­e con las pruebas rápidas de anticuerpo­s (más baratas). Las de antígenos analizan la secreción nasal. Además, si el lugar es ventilado y se han aplicado pruebas rápidas de antígenos, se podría prescindir de la mascarilla, pero se debe hablar con tonos bajos de voz, evitar gritar o cantar para reducir el esparcimie­nto de gotículas. Si la vivienda no tiene buena circulació­n de aire, es obligatori­o el uso de tapabocas.

Al utilizar mascarilla solo se la debe sacar para comer o beber. Es importante ubicar a los invitados según su grupo etario. Es decir, sentar en una mesa solo a ancianos, en otra solo a adultos y en otra solo a niños.

Por último, no tomar alcohol en exceso, ya que esto puede llevar a las personas a un estado eufórico lo que genera gritos y risas estruendos­as con la expulsión de gotículas y, además, a olvidar aplicar las normas de biosegurid­ad. Ortiz asegura que si una persona presenta síntomas y molestias, no debe asistir. Sin duda, el mejor regalo en esta Navidad es protegerno­s.

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