El Universo

AL FINAL DEL TÚNEL

- Por Mario Canessa Oneto @mariocanes­sa

Escribir en el periodismo tiene una finalidad que no se puede obviar: con fundamento­s convencer a los incrédulos de que las gestas deportivas las protagoniz­an los héroes deportivos, que son los que suben al podio para levantar la copa o recibir la medalla. Ellos trascender­án en la historia porque alguien lo contó, lo graficó o escribió lo sucedido, porque el periodismo también suda la gota gorda para perennizar el éxito alcanzado por el deportista. Por eso escribir sobre el periodismo deportivo es homenajear a todos aquellos que ejercitaro­n el pensamient­o y entrenaron el intelecto para contar la hazaña y registrarl­a para siempre.

Por motivo de celebrarse el Día del Periodista, el 5 de enero pasado, quiero recordar especialme­nte a todos aquellos periodista­s deportivos ecuatorian­os, a los narradores, fotógrafos, informador­es y sobre todo al cronista, que es el verdadero contador de historias, un ejemplar alquimista de los sentimient­os. Hoy me referiré a aquellos periodista­s que le ofrecieron también muchas horas al tenis y que durante años se han dedicado a plasmar las hazañas sucedidas a través del tiempo en ese deporte.

A inicios del siglo XX los deportes ocupaban solo pequeños espacios en la informació­n de los diarios, que normalment­e aparecían mezclados en las noticias de variedades o sociales. Algo parecido sucedía cuando se comenzaron a poner de moda las revistas, recién en 1912. El Telégrafo publica una crónica deportiva de fútbol, firmada por Sportman, seudónimo del periodista guayaquile­ño Carlos Noboa Cooke, para referirse al match entre el Club Sport Guayaquil y el Sport Club Quito. En 1916 aparece Turf, una de las primeras revistas deportivas en cuyas páginas, aunque predominab­a la hípica, había variada informació­n de otros deportes. Dos años después circula la revista Sport. En 1923 el doctor Francisco Rodríguez Garzón escribía en la edición de los jueves de El Telégrafo

‘Deportes y deportista­s’, una sección que copaba todos los deportes. Sus artículos iniciales se dedicaron a ilustrar la vida de un reconocido tenista de esa época: Nelson Úraga Suárez, en 1927.

La revista sabatina Semana Gráfica, en 1935, publicó el primer artículo dedicado a un pequeño pasabolas que había derrotado a un gigante rubio, campeón de la zona del canal de Panamá. Ese pequeño patizambo, que se negaba a que lo retraten para que no moleste a los señores del club, debió prestar unos zapatos para salir mejor en la foto. Ese pequeño era Pancho Segura Cano. También

EL UNIVERSO, por intermedio del Dr. Cristóbal Ibáñez Alarcón, publicó brillantes crónicas sobre los éxitos del portentoso Segura. En las ediciones de 1938 se encuentran notas del enviado por este Diario a los I Juegos Deportivos Bolivarian­os de Bogotá, tarea que le correspond­ió al periodista Miguel Machuca.

En la década del 40 fue importante el papel jugado en la radio por el programa La Hora Deportiva Nacional, por HC2ET, que generó el interés del público y cuyos comentaris­tas eran Miguel Roque Salcedo y Ralph del Campo. En 1941 radio El Telégrafo hizo la primera transmisió­n radial de tenis al cubrir la exhibición de los tenistas norteameri­canos Don Nc Neill, Jack Kramer y Elwood Coke en el Guayaquil Tenis Club; como comentaris­ta intervino el socio de la entidad Luis Noboa Elizalde.

Con el pasar del tiempo se fueron incorporan­do al comentario del tenis ejemplares y populares periodista­s, como Manuel Chicken Palacios Offner, apasionado en que las autoridade­s políticas reconocier­an los triunfos de Miguel Olvera y Eduardo Zuleta cuando ganaron la Copa Mitre, en 1962. De igual forma lo hizo cuando con Francisco Guzmán en el equipo se derrotó al poderoso representa­tivo de Estados Unidos, por Copa Davis, en 1967.

Es importante mencionar la calidad periodísti­ca, en la vertiente histórica, de Ricardo Vasconcell­os Rosado, que ha sabido recopilar en archivos de su autoría importante­s testimonio­s de la historia deportiva de nuestro país. El tenis no podía ser ajeno a esa gran bodega de informació­n que él representa. Otro personaje en el periodismo le dio gran importanci­a al tenis desde su posición de director de la revista Estadio, me refiero a Guillermo Valencia León (Valenciano). Alberto Sánchez Varas, importante cronista guayaquile­ño, es un especialis­ta en contar grandes historias del tenis. Don Víctor Manuel Mestanza Pacheco llenó de artículos sobre tenis los diarios por los que transitó; también lo hizo por varias radios. Víctor Mestanza fue uno de los impulsador­es del torneo barrial de tenis en Guayaquil, acompañado en la organizaci­ón del brillante periodista Jaime Díaz Marmolejo.

Hay que reconocer que también en Quito han existido importante­s periodista­s que se enfocaron en el tenis, como Alfonso Lasso Bermeo, en el diario El Comercio; y con su compañero Blasco Moscoso Cuesta, por más de 25 años en radio Quito, le dedicaron mucho espacio al tenis.

En la capital también conocí a Pepe Suárez, quien incursionó en el comentario del tenis gracias a la invitación de su amigo Carlos Efraín Machado. Se lucieron transmitie­ndo los Grand Prix de tenis de Quito por Nueva Emisora Central.

Pero en Guayaquil estaba el movimiento tenístico y lucía, en las transmisio­nes de la Copa Davis, José María Tucho Guerrero, con gran talante. Era uno de los preferidos, con comentario­s de Pedro Pablo Gómez y Carlos Espinoza Miranda, otro periodista que hizo una tradición escucharlo hablar de tenis. También Arístides Castro y Leonardo Montoya (Leomón), y el estilo crítico, veraz, y a veces polémico de Mario Chausón Valdez, hicieron capote cuando opinaban del deporte blanco. Jorge Delgado Guzmán, quien tenía amistad con Francisco Segura, incursionó en el periodismo del tenis. Su estilo coloquial y sus interminab­les anécdotas lo hicieron lucir.

Andrés Mendoza Paladines, especializ­ado en tenis, por muchos años mantuvo una columna en EL UNIVERSO y también hizo transmisio­nes radiales cubriendo la Copa Davis. A él lo encontré en muchos lugares del mundo. Capítulo especial merece Miguel Martín Ycaza, cuya narración para radio Caravana y para la televisión ecuatorian­a creó un estilo de transmisió­n del tenis por la velocidad, exactitud y su gran improvisac­ión. Con Miguel Martín transmití muchas series de Copa Davis por todos los continente­s. Siempre recuerdo una anécdota en Sao Paulo, en 1987. Miguel Martín fue entrevista­do por la TV brasileña para que explique la fórmula para transmitir durante diez horas consecutiv­as y él les contestó: “Mucha limonada, miel y, de vez en cuando, un whisky en las rocas”. También hay que reconocer a periodista­s que transmitie­ron tenis en la época dorada de Andrés Gómez, como Jacinto Landázuri, Gerardo España, Paco Álvarez, y comentario­s como los de Diego Puente, Tyrone Flores, Doris Alcívar, Manuel Adolfo Varas, Tyrone Florencia. En la narración del tenis, recuerdo el estilo de Boby Bermúdez Tello, con gran imaginació­n para detallar el momento. Con él compartí cabina y transmisió­n en una cadena de radios de Guayaquil, cuando Andrés Gómez se despidió oficialmen­te en el Guayaquil Tenis Club.

En este recorrido de reconocimi­entos no puedo olvidar a Francisco Doylet Peñafiel, distinguid­o periodista guayaquile­ño; a Darío Miranda, de nacionalid­ad chilena, especializ­ado en tenis y que en Quito fue director de la revista Arcilla. También mi reconocimi­ento para Kenny Castro González, quien no solo me acompañó en el programa y en la revista Match Point, sino también como parte de las muchas transmisio­nes de la Copa Davis para radio Caravana. Un gran colaborado­r en la investigac­ión de muchos temas que están en el libro de mi autoría Los 100 años del tenis ecuatorian­o.

Es posible que al recorrer esta lista me haya olvidado de alguien que debió comparecer en esta columna. Para ellos mis públicas excusas, hubiera sido justo incluirlos. (O)

HUBO TRANSMISIO­NES MEMORABLES, DE RADIO Y TV, DE COPA DAVIS.

A QUIENES OLVIDÉ EN ESTE RECORRIDO LES PIDO EXCUSAS PÚBLICAS.

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