Colesterol alto, secuela de festejos
Experta indica cómo controlar el desorden metabólico para evitar las principales causas de muerte en Ecuador.
Luego de varias comidas festivas propias de la época, en las que hubo alimentos copiosos en grasas y elevado consumo de carbohidratos, es común presentar colesterol y triglicéridos elevados en sangre.
Siendo el resultado de una mal nutrición por exceso, la cual se puede mantener así por años si en lo cotidiano no mejoramos nuestra alimentación y generar una dislipidemia.
Los valores normales de colesterol son hasta 200mg/dl en adultos y 170mg/dl en niños, sin embargo, debemos revisar la proporción del colesterol bueno y malo dentro de ese valor y no solo fijarnos en el total general. Necesitamos que nuestro colesterol bueno no esté bajo, ya que aunque el colesterol malo esté controlado si esto ocurre de igual manera se debe mejorar los niveles de colesterol bueno para evitar un riesgo cardiaco y nutricional.
El nivel alto de colesterol no tiene síntomas y solo el análisis de sangre es la manera de detectar si se lo tiene alterado.
El cuerpo necesita colesterol para formar células sanas, pero recuerde que tener altos niveles de colesterol puede aumentar el riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca, ya que es posible que se formen depósitos grasos en los vasos sanguíneos, lo que hace más difícil que fluya suficiente sangre a través de las arterias.
En ocasiones, esos depósitos pueden romperse de repente y formar un coágulo que causa un ataque cardiaco o un accidente cerebrovascular.
Se conoce también que el colesterol alto puede heredarse y tener un origen genético; sin embargo, en la mayoría de personas suele ser el resultado de la elección de un estilo de vida poco saludable, por lo que se puede prevenir y tratar sin complicaciones. Recuerde que llevar una dieta saludable, hacer ejercicio con regularidad y bajo supervisión médica y tomar medicamentos ayuda a reducir el colesterol alto.
Por otra parte, tenemos a los triglicéridos, cuyo valor máximo es 150mg/dl en adultos y 100mg/dl en niños. Se suelen elevar por el excesivo consumo de carbohidratos, especialmente los refinados: cereal de caja, panes, galletas, fideos, tostadas (así sean integrales).
Si ambos se encuentran elevados se puede considerar que cursan por una dislipidemia mixta, la cual suele estar acompañada de resistencia a la insulina e hiperglucemia en la mayoría de personas.
Es un cuadro de desorden metabólico que debemos evitar rápidamente para no llegar a la diabetes y la hipertensión, principales causas de muerte en el Ecuador.
En resumen, debemos controlar la dislipidemia a fin de reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular y metabólica en niños y adultos.
La dieta mediterránea es de las mejores opciones al momento de contrarrestar una dislipidemia. Incluye una alta proporción de grasas saludables, alta proporción de ingesta calórica de alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, frutos secos, legumbres y cereales), un consumo moderado de productos lácteos bajos en grasas y una ingesta baja de carnes y vino tinto.
Aunque es razonable considerar otras dietas que abarcan parte de o los mismos elementos, de momento la única dieta específica estudiada en la que se han visto resultados positivos es la de estilo mediterráneo.
Los factores que aumentan el riesgo de tener dislipidemia son: mala alimentación, comer grasas saturadas al consumir productos animales en exceso, y grasas trans, que se encuentran en algunas galletas, postres y panes, puede elevar el nivel de colesterol. Los productos lácteos enteros también contribuyen a aumentar el colesterol.
Obesidad: Tener un índice de masa corporal de 30 o más aumenta el riesgo de tener colesterol alto. Sedentarismo:
El ejercicio le ayuda a aumentar el colesterol HDL (colesterol bueno). Tabaquismo:
Fumar cigarrillos daña las paredes de los vasos sanguíneos y los hace más propensos a acumular depósitos de grasa.
La edad: A medida que envejecemos, es probable que el hígado cada vez menos pueda eliminar el colesterol LDL (colesterol malo). Padecer diabetes: Un nivel alto de azúcar en sangre contribuye a niveles superiores de un colesterol peligroso denominado lipoproteína de muy baja densidad (VLDL) y a bajar el colesterol HDL. El nivel alto de azúcar en sangre también puede dañar el revestimiento de nuestras arterias.
La prevención incluye: seguir una dieta baja en sal, con énfasis en el consumo de frutas, vegetales y cereales integrales; limitar la cantidad de grasas de origen animal y usar las grasas buenas con moderación; bajar de peso y mantener un peso saludable; no fumar; realizar ejercicio la mayoría de los días de la semana, mínimo 30 minutos; si bebe alcohol, hágalo con moderación y muy ocasionalmente; controlar el estrés. (I)