OÍDOS DE ELECTORES INCONFORMES
Estados Unidos está atravesando un episodio de desestabilización que emana desde su presidente, en detrimento de su sistema democrático, y que demorará en subsanarse. Con la próxima toma de posesión del presidente electo, Joe Biden, el 20 de enero, no culmina la inconformidad de quienes apoyan al presidente saliente. El nuevo equipo de gobierno deberá hallar salidas inteligentes que, sin desconocer las motivaciones del descontento de quienes respaldan a Donald Trump, se enfoquen en la reunificación de los estadounidenses con base en las metas que tienen como país.
Aunque perdió la reelección, Trump influye en un gran porcentaje de la población que dio oídos a sus lemas como a sus infundadas teorías de fraude electoral.
Parte de esa legión protagonizó la invasión al Capitolio, considerada por observadores alrededor del mundo como un acto atroz que puso en riesgo a la democracia en la primera potencia mundial.
Las imágenes que muestran a miembros de la Guardia Civil flanqueando al Capitolio o en su interior son reveladoras, como lo es la circular dirigida a los militares y firmada por los siete generales y el almirante que conforman el Estado Mayor Conjunto, señalando: “La violenta protesta en Washington D. C. el 6 de enero fue un asalto directo al Congreso, al edificio del Capitolio y a nuestro proceso constitucional”, recoge la
BBC, y añade: “Cualquier acto contra el proceso constitucional no solo atenta contra nuestras tradiciones, valores y juramento; también va en contra de la ley”.
Trump, primer mandatario estadounidense en ser sometido a un segundo juicio político, podría perder la oportunidad de volver a candidatizarse. Pero como ha ocurrido con otros líderes de la región, que orientan sus discursos a electores inconformes, su influencia podría seguir constituyendo un peligro para la institucionalidad y para un futuro de desarrollo de la otra mitad de la población que desea seguir manteniéndose en la senda democrática. Frente a ello deben surgir nuevos planteamientos que corrijan los factores que han dado paso a la polarización. (O)