‘Guayaquil. Historias a color’, el libro que le devuelve vida a la historia de la urbe a través de fotografías y textos
Libro. Trabajado durante dos años, las fotografías expuestas fueron coloreadas a través de un y retocadas a mano, porque el color también es parte de la historia. El texto se puede comprar en línea y lo recibirá en físico.
Una maravillosa foto del río Guayas (de 1901) es la cara principal del libro Guayaquil. Historias a color. El ambicioso trabajo que recopila fotografías de la Perla del Pacífico, junto con interesantes datos históricos, pertenece a Vicente Adum y Édgar Landívar. Además de la magia de los datos recolectados a través de una investigación que duró dos años, el elemento diferenciador y característico del libro es que presenta imágenes antiguas pero coloreadas de la bella ciudad porteña.
El esfuerzo no fue menor, en primera instancia se utilizó un algoritmo de coloración con base en el cual se desarrolló un software que permitió darle color a la foto. Este proceso fue realizado en el 2019 y al inicio del 2020 Édgar Landívar empezó con la primera coloración de la foto de un tranvía. “Esto comenzó como un hobby, somos aficionados a la historia y en mi caso particular también aficionado a la tecnología. Creo que se encontraron esas dos aficiones en medio del camino y decidí emplear tecnología para rescatar la historia”, dice Landívar, quien es ingeniero electrónico. “Mi afición particular (por la historia) se inició a los 8 años por conocer más de la historia y el coleccionismo de libros, estampillas, etc., y ahí va la curiosidad creciendo”, cuenta Adum y agrega que él no se dedica profesionalmente a la historia, pero que su afición es ‘seria’. Con pandemia y una cuarentena que restringía la movilización, Guayaquil. Historias a color fue construido a partir de las bibliotecas personales que Adum y Landívar han ido llenando a través de los años. El material era vasto y el conocimiento, que como dice Adum es “de toda una vida”, también fue necesario.
El compendio total es de 95 fotografías de entre 1885 y 1929 en color. Las tonalidades fueron puestas por el software, sin embargo, muchos de los retoques se hicieron a mano, ya que se trató de mantener la fidelidad a la realidad y para ello se necesitó “mucha investigación”, dice Landívar.
“Creo que es una obra que les va permitir a los jóvenes acercarse al pasado de Guayaquil que fue realmente hermoso”, sostiene Adum y remarca la uniformidad arquitectónica de antes.
La pieza se puede adquirir a través de historiasacolor.com por un costo de $ 48. Una edición de lujo que cuenta con imágenes y texto. (I)
Dos años de investigación fueron necesarios para que el texto se haga realidad.