Plan Economía Verde tiene metas, pero falta definir financiamiento y ahondar en cómo se lograrán
Ambientalistas resaltan que el presidente electo, Guillermo Lasso, tenga una hoja de ruta general sobre lo que se hará en lo ambiental. Hay objetivos ya establecidos que no cumplieron otros Gobiernos, como la reforestación.
La transición hacia una economía más sustentable abarca una amplia gama de actores económicos y políticos. Es hablar de la forma cómo se produce, qué fuente de energía se usa, de las oportunidades que tienen los productos en cuya manufactura se aplican principios menos contaminantes, de las amenazas que enfrenta un negocio ante los riesgos cuya incidencia puede aumentar por el deterioro ambiental.
El presidente electo Guillermo Lasso tiene una hoja de ruta ambiental desarrollada en el Plan Ecuador Economía Verde, en la que él mismo indica que “hay todo un mundo de oportunidades en la agricultura limpia y en la economía circular. Es lo ético, lo rentable”.
Pero todo parte de una decisión política clave que es “el fortalecimiento de la institucionalidad ambiental”, explica el biólogo marino e investigador Fernando Félix. “Los temas ambientales debieran tener una prioridad más alta en los gobiernos central y seccional. Necesitamos redefinir la agenda ambiental con un enfoque de largo plazo, así como el compromiso de las diferentes instancias gubernamentales si realmente queremos buscar la sostenibilidad”, asegura.
Uno de los ejes del plan es la economía circular, definida como la reutilización de los recursos. Un ejemplo, dice Félix, es “abordar la contaminación ambiental en todas sus formas mediante sistemas de tratamiento de aguas residuales domésticas. Producción limpia a través del filtrado y reciclaje de agua. Desarrollar la normativa secundaria sobre calidad de aguas e implementar medidas
Ecuador está a la cola en el ranking de países sobre desempeño ambiental.
de fiscalización efectivas”.
El plan indica que Ecuador está en los últimos puestos en temas como pérdida de humedales (140), de pastos (157) y en las emisiones de contaminación (162), de acuerdo con el Índice de Desempeño Ambiental de la Universidad de Yale, que monitorea a 180 países.
En este sentido, algunas metas del plan de Lasso ya se han establecido anteriormente como el caso de la reforestación de un millón de hectáreas en 4 años. Monserrat Albán, gerenta de servicios ecosistémicos de la ONG Conservación Ambiental, dice que es importante que estén, pero “cómo se financiarán, ya sabemos que los temas de financiamiento de esas metas son complicados”.
El uso de tecnología satelital y de drones para proteger los bosques de la tala ilegal de árboles y de la caza de especies silvestres es una idea positiva. “Pero hasta ver cómo van a financiar estas metas pues queda la duda”, señala.
El documento describe el concepto de la economía baja en emisiones de carbono, pero solo menciona fines específicos en la industria del camarón y el uso de vehículos eléctricos o híbridos en la transportación. “Sería interesante que haya un enfoque más amplio para implementar estas metas de descarbonización de la economía y no depender tanto del uso de fuentes de energía derivada de combustibles fósiles”, dice.
La hoja de ruta dice que se impulsarán “leyes e incentivos para promover la responsabilidad social empresarial, la producción limpia y remplazo de combustibles fósiles”.
Una opción ahora que se discute la reforma tributaria, estima Albán, es determinar impuestos al carbono como en
Colombia y México. “Este tipo de herramientas ayuda a tener a todos los actores económicos más enfocados en reducir emisiones y ser más eficientes en el uso de la energía”.
Los mercados de carbono permiten a las empresas interesadas reducir su huella con una compensación como conservar los bosques. Con ello pueden obtener el certificado libre de carbono. “Con estos esquemas los productos obtienen mejores entradas a ciertos mercados, pero nacionalmente
Electrificar sector camaronero en 4 años, un fin del plan de Lasso.
se necesita el mecanismo que se pueda implementar”.
El fortalecimiento de la educación ambiental en la malla curricular de estudios es una propuesta positiva del plan de Lasso, pero falta precisar, indica Enrique Serrano, economista vinculado con colectivos que defienden las fuentes de agua, la posición del nuevo régimen ante la minería.
Sobre esto, el documento menciona el combate a la minería ilegal, la reparación de los daños y el “respeto absoluto a las zonas intangibles” que están en la Amazonía.
“En el caso de Cuenca, el presidente electo hizo un compromiso con el asambleísta Marcelo Cabrera que está por escrito. Allí hay un ítem en el que se apoya la prohibición de la explotación de todo tipo de minería metálica, no solo de gran escala, en las áreas de recarga hídrica de la provincia de Azuay respetando los resultados de la consulta popular del agua”, afirma Serrano.
El cumplimiento es fundamental, agrega, ya que la explotación minera puede afectar a toda la Reserva de la Biósfera El Macizo del Cajas, que abarca las provincias de Azuay, Cañar, Guayas y El Oro. “Toda esta zona en la que se cultiva cacao, en la que de permitirse la explotación minera se corre el riesgo de contaminar con cadmio, arsénico dañando inclusive la calidad de este producto que se exporta ahora a países europeos”.
De ahí lo transversal de la conservación ambiental y de sacar rédito económico ya que los productos con certificaciones ambientales son más valorados en el mercado mundial. Es decidir a qué se apuesta y de qué forma se hace el proceso de explotación. (I)