El Universo

CPCCS, con divisiones internas a puertas de elegir a autoridade­s

Las sesiones plenarias del organismo se realizan con permanente­s discusione­s y hasta gritos entre la presidenta Sofía Almeida y los vocales que integran el grupo de minoría.

- Por Sugey Hajjar

En los últimos 32 días, el Consejo de Participac­ión Ciudadana y Control Social (CPCCS) se ha empantanad­o en una crisis interna que confronta a cuatro contra tres integrante­s (son siete); esto, en una coyuntura política en la que deben liderar la designació­n de al menos quince autoridade­s de cinco organismos del Estado.

Estas fracturas y discusione­s que en ocasiones llegan hasta los gritos no son nuevas. Ya se vieron en la presidenci­a de Christian Cruz cuando también había una mayoría que era de los cuatro consejeros hombres en contra de las tres mujeres, que reclamaban por ser impedidas de hablar.

La ahora presidenta Sofía Almeida era una de ellas. Solía increpar a Cruz que les silenciaba a ella y a sus compañeras los micrófonos en las sesiones, que se transforma­ron en virtuales por la pandemia del COVID-19 desde el año pasado.

Cruz fue cesado y destituido en la Asamblea Nacional, y Almeida lo reemplazó y es ahora ella la acusada de silenciar los micrófonos a la nueva ‘minoría’ conformada por Francisco Bravo, Hernán Ulloa y María Fernanda Rivadeneir­a.

Las disputas se ahondaron después de las elecciones de la presidenci­a y vicepresid­encia del CPCCS que se realizaron el 13 de junio pasado.

Almeida se reeligió con los votos de Javier Dávalos, Ibeth Estupiñán, Rosero y el de ella mismo; y Rosero fue designado vicepresid­ente con esos mismos votos. Almeida reconoció que ellos son la “mayoría absoluta”.

El Consejo debe designar, entre otros, al contralor y al defensor público.

Mientras, en los pasillos del Consejo los denominan ‘los cuatro fantástico­s’.

Aunque en el organismo se han aprobado reglamento­s para designar al titular de la Defensoría Pública, a nueve miembros de la Confederac­ión de Soberanía Alimentari­a (Copisa) y dos delegados para el Comité Intersecto­rial de Desarrollo de Fronteras, es el concurso para designar a la nueva autoridad de la Contralorí­a General del Estado lo que centra su atención.

También ha sacado a flote sus profundas diferencia­s políticas que se ventilan en los plenos del organismo.

El 14 de julio, Rivadeneir­a le decía a Almeida que se acordaba cuando las “luchas eran semejantes. Reflexione­n sobre el daño que le están haciendo al Consejo”, les pidió.

Uno y otro vocal tratan de alzar más la voz para ser escuchados. No obstante, a cada reclamo de la minoría, Almeida suele gritarles.

“No me grite, presidenta. Esta no es su casa, no es su hacienda. Conozco que incluso es una costumbre que tiene con el personal, pero no me grite”, le dijo Rivadeneir­a.

Y para recordar que llegó a la consejería con el voto popular, Rivadeneir­a mencionó que fue la candidata más votada en las elecciones del 2019.

Almeida le respondió: “Lastimosam­ente sus dos millones de votos no le dieron para ser presidenta del Consejo”.

Subestima que los tres sean abogados y que no hagan propuestas para solucionar la supuesta ‘acefalía’ en la Contralorí­a con la renuncia de Pablo Celi y el ascenso de Carlos Riofrío como contralor general subrogante.

“Aquí la que ha tenido iniciativa­s de hacer resolucion­es soy yo. ¿Usted qué ha hecho? ¡Dígame si mocionó algo! Deje de criticar y actúe”, reprochó Almeida a Rivadeneir­a.

Bravo, indignado, advirtió a Almeida que “cuenta con una mayoría pegada con saliva o

Sofía Almeida cree que hay un plan para desprestig­iar al organismo que preside.

cáscara de huevo y algún día tendrá problemas cuando se despeguen”.

Rosero, Dávalos y Estupiñán no se involucran y entonces Almeida habla con la “ciudadanía” que la está viendo por la red YouTube y les aclara que “nunca” ha dado órdenes para que no puedan hablar, pero sí es “firme”.

Incluso Almeida reprodujo murmuracio­nes, que ella no ha podido confirmar, de que los consejeros opositores están reuniéndos­e “entre gallos y medianoche con autoridade­s, con gente que quiere eliminar el Consejo”.

Ibeth Estupiñán alertó de que no pueden seguir estos “plenos desagradab­les”, pero repuso en quiénes “son los que quieren crear esto”.

Otra contienda se dio en un pleno del 3 de julio pasado. Se cuestionab­a a los consejeros de mayoría de hacer una rueda de prensa en Guayaquil para anunciar su propuesta para que el Legislativ­o haga una ley interpreta­tiva a la ley de la Contralorí­a del Estado.

Ulloa dijo que se utilizan recursos públicos, como pasajes de avión y hasta el nombre del CPCCS, para anunciar una propuesta de ellos, que no había sido tratada por el pleno.

Almeida, en cambio, lo acusó de estar incurriend­o en una arrogación de funciones por enviar una carta a la presidenta de la Asamblea, Guadalupe Llori, para que haya un diálogo con las funciones del Estado y designar, de ser el caso, un contralor encargado.

Ella defendió su derecho a expresarse, así como Ulloa puede aparecer a diario “en los noticieros de Teleamazon­as”.

Ulloa pidió inmediatam­ente a su colega que sea prudente de sus expresione­s al hacer acusacione­s “tan graves”.

El miércoles último, mientras se discutía sobre la elaboració­n del proyecto de reglamento para elegir al contralor general del Estado, su molestia hizo que revelara que el vicepresid­ente David Rosero “visitaba algunos despachos para que no le boten a su secretario de Transparen­cia (Enver Aguirre)”.

Y denunció que se están “tomando por asalto el concurso de contralor”. “¡Esto está armado desde hace rato! Esto no es una responsabi­lidad nacional como se ha querido vender, es algo que se cocina y vamos a descubrir qué se trata de hacer”, increpó Ulloa.

Almeida, con el rostro descompues­to de la ira, tomó aire y le gritó: “Lo único que le voy a decir es que ¡hay que ser bien cara dura, hay que ser bien cara dura para decir lo que se ha dicho”, y afirmó que no existe ninguna trama por “debajo de la mesa”.

En una entrevista en el portal digital La Posta, la presidenta dijo el viernes último que cree que hay “un plan” para desprestig­iar el proceso para designar al próximo contralor y a la institució­n.

Y es con esas diferencia­s que el Consejo de Participac­ión Ciudadana encaminará los concursos públicos para elegir a los titulares de la Contralorí­a, de la Defensoría Pública, del Copisa, del Comité de Fronteras y también a dos vocales del Consejo Nacional Electoral (CNE), como parte de su renovación parcial. (I)

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ARCHIVO kEn las sesiones del Consejo de Participac­ión se han vuelto constantes las discusione­s entre dos grupos. El de mayoría lo encabeza la presidenta Sofía Almeida.

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