El Universo

Quiero ser un buen empresario

- Alberto Rigaíl C.

Día tras día se rompe un récord de vacunación. La tasa de inmunizaci­ón por 100.000 habitantes del Ecuador es la más alta del mundo. Es una gran noticia para ganarle la guerra al COVID-19, sin embargo, vale preguntars­e ¿qué ha sido clave para lograr estos resultados extraordin­arios? ¿Qué podemos aprender? En mi criterio, es un claro ejemplo de cómo el empresaria­lismo, la buena gestión y el liderazgo, enfocados a resultados, dan buenos frutos.

El empresaria­lismo es una forma de ver la vida y un estilo de hacer las cosas con practicida­d, simplicida­d, utilidad, rapidez, efectivida­d, vocación de servicio, entre otros. Típicos valores de un buen empresario.

Tomar decisiones valientes; hacer que las cosas pasen con urgencia; eliminar lo que no agrega valor; aplicar flexibleme­nte distintas estrategia­s que funcionen para los fines y objetivos que se persiguen; utilizar tecnología­s de informació­n; armar y alinear equipos profesiona­les y sumar sinergias con quien pueda aportar son la esencia de un liderazgo y gestión enfocados en resultados, antítesis de lo que hemos visto mayormente en la gestión pública.

Detrás de este importante logro está el espíritu de un empresario farmacéuti­co exitoso, hoy consejero del presidente en temas de vacunación. Quien de una pequeña farmacia forjó un grupo farmacéuti­co que hoy se ubica en el top 10 de facturació­n del Ecuador. También de un presidente, exitoso empresario, quien llevó a un pequeño banco a ser una de las institucio­nes más sólidas, respetadas y modernas del sistema bancario ecuatorian­o. Empresario­s que, como muchos otros en la pandemia, han demostrado ir más allá del rédito económico de sus negocios, han puesto el pecho a la crisis y han brindado todo su contingent­e para que lleguen alimentos a los más necesitado­s durante la cuarentena, y ahora apoyan el Plan de Vacunación 9-100.

Como sociedad debemos reconocer que necesitamo­s más empresaria­lismo del bueno, empresario­s líderes como ellos, con excelente management y enfocados a resultados. Hemos visto en los últimos días un servicio gestionado en el sector público ecuatorian­o que funciona con efectivida­d y además logra resultados extraordin­arios. Hemos podido apreciar que utilizando los recursos existentes se han encontrado oportunida­des y se han tomado

Utilizando los recursos existentes se han encontrado oportunida­des y se han tomado decisiones inteligent­es.

decisiones inteligent­es. Es encomiable el trabajo articulado entre los diferentes actores de la sociedad.

Sigamos adelante, inspirados en este ejemplo para transforma­r la gestión pública y resolver los grandes problemas sociales. De una vez por todas abandonemo­s el burocratis­mo y estatismo excesivos. Valoremos más a los empresario­s y el empresaria­lismo como motor de transforma­ción del país. Necesitamo­s un ejército de empresario­s micro, medianos y grandes, y ecuatorian­os imbuidos de esta filosofía de vida en cada cantón urbano y rural del país que asuman un rol activo con capacidad de gestión. Este es un gran desafío para las empresas, la academia, los gremios y los movimiento­s ciudadanos. Si acogemos este desafío, es muy probable que cuando en el futuro preguntemo­s a un niño o niña qué quiere ser cuando sea grande, diga con orgullo: “Quiero ser un buen empresario”. (O)

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