Una de cada 95 personas en el mundo ahora se ve desplazada por la fuerza
Éxodos desde Haití y Venezuela preocupan a la región. Expertos coinciden en que urge la regularización.
Atraídos por la bonanza de las economías de otras naciones o por escapar de conflictos armados que hay en sus países, miles de personas cada día dejan su lugar de residencia pese a la pandemia de COVID-19.
Más del 1 % de la población mundial, o una de cada 95 personas, ahora se ve desplazada por la fuerza, según cifras de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.
Ronald Borges, coordinador de la casa de acogida temporal Un Techo para el Camino, dice que los desplazamientos se dan desde hace siglos.
Uno de los más importantes se presentó entre 1948 y 1967, como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Al menos 400.000 judíos sobrevivientes migraron a Palestina para crear un país propio, Israel, lo que provocó la huida de cientos de miles de palestinos de la zona de Cisjordania ante el avance israelí, un conflicto que aún no cesa.
Otra migración fuerte es la cubana. En el primer éxodo dejaron el país cubanos que no confiaban en la revolución de 1959. Luego, continuaron dejando la isla y para los años ochenta, bajo lo que se conocería como el éxodo de Mariel, unos 125.000 cubanos llegaron a Miami en pequeñas balsas, recoge Infobae.
Ya en la actualidad, otros desplazamientos son los de Centroamérica desde países como Nicaragua hacia Costa
Rica que superan las 20.000 personas, según Acnur.
También los hondureños cruzan Guatemala para ir en busca del sueño americano. En los últimos cuatro años son recurrentes las caravanas migratorias. Los desplazamientos de Haití y Venezuela son los que más preocupen actualmente a la región. Desde hace una década Haití registra un éxodo que está vaciando el país, que es el más pobre de América. En Venezuela, unos cinco millones de personas han huido debido a la escasez de alimentos, medicinas y empleo desde 2014, convirtiéndola en una de las mayores crisis de desplazamiento.
Jhonny Molina, técnico de estrategia comunitaria del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, dice que, ante las leyes
Los desplazamientos no son nuevos, ha habido muchos durante años.
internacionales y estatutos sobre migración existentes, no deberían existir barreras al menos a nivel regional y que en Ecuador la Constitución contempla a la migración como un derecho. “El cierre de fronteras lo que hace es dificultar muchísimo más la migración o poner en mayor vulnerabilidad a las personas”.
Giovanni Bassu, representante de Acnur en Ecuador, manifiesta que “las políticas fronterizas son tarea de los Estados, pero también existe la obligación de respetar el Derecho Internacional, incluyendo el principio de no devolución y el acceso al asilo de las personas que necesitan protección” y destaca el caso de Ecuador que anunció “un nuevo proceso de registro y regularización para facilitar la integración de las personas venezolanas en el país”.
Borges indica que en Ecuador al menos el 73 % de solicitudes de refugiados son de venezolanos y que el país apenas ha concedido ese estatus a poco más de 400 personas.
Venezolanos y haitianos, junto con otros migrantes procedentes de la misma región o hasta del África, son parte de los que se atreven a cruzar el Darién, la peligrosa selva que separa a Panamá de Colombia. Por ahí pasaron en agosto 25.000 personas, en enero lo hacían unas 1.000.
La violencia de la selva, donde operan grupos armados que se encargan del tráfico de migrantes y del narcotráfico, también ha aumentado en los últimos meses, al igual que la violencia sexual, según Médicos Sin Fronteras.
Para Molina es fundamental que los países entiendan el tema de la regularización y que el apoyo de los organismos es clave para “inyectar los recursos de Naciones Unidas para atender las crisis migratorias”. Y Borges señala que el éxodo de la población venezolana ha opacado al de la colombiana que sigue escapando del conflicto armado.
Del otro lado del mundo, Siria es otro país que sigue viendo huir a su población desde 2011. Se estima que unos 6,8 millones de sirios han dejado su país desde el inicio del conflicto bélico. Y Afganistán tras el regreso de los talibanes es otro país en el que gran parte de la población se ha sumido en la desesperación por huir y ha despertado en la comunidad internacional las alarmas y los intentos por acoger a quienes buscan salir. (I)