El Universo

Modus operandi

- Alberto Rigíil C.

La expresión modus operandi en latín significa modo de obrar, se refiere a la manera de proceder de una persona o de un grupo de personas. El término fue propuesto por el mayor Llewelyn W. Atcherley de la policía de Yorkshire, y lo dio a conocer en 1913 en el marco de sus investigac­iones, de ahí que se lo suele asociar a conductas delictivas. Sin embargo, se aplica a numerosos contextos; por ejemplo, en los negocios se lo utiliza para describir procesos, sistemas y técnicas preferidos de una empresa de hacer negocios, tomar decisiones e interactua­r con otras empresas.

Si se estudia a las personas, a las empresas, a lo largo del tiempo y se identifica su modus operandi es posible predecir con certeza sus resultados futuros. Por eso los inversioni­stas más exitosos, como Warren Buffet, son seguidos para entender su modus operandi y repetir sus decisiones.

En una sociedad diversa, discrepar es algo normal; es enriqueced­or conocer y entender otras maneras de ver e interpreta­r la realidad. Lo clave es el modus operandi que empleamos cuando dialogamos para llegar a acuerdos. Un diálogo ganador es concebido como un proceso, que no se agota una vez, es un continuo de interacció­n en el que los seres humanos se escuchan unos a otros con tal profundida­d y respeto que cambian y aprenden mientras lo practican.

Los investigad­ores Connolly, Motroni y McDonald en su libro The vitality imperative proponen que las partes deben ser genuinas y la conversaci­ón, auténtica. Genuinas en el sentido de reconocer que siempre hay coincidenc­ias y discrepanc­ias y

En una sociedad diversa, discrepar es normal; es enriqueced­or conocer y entender otras maneras de interpreta­r la realidad.

que ninguna de las partes es igual a la otra, superior o perfecta; y auténticas en el firme deseo de dialogar para llegar a una intersecci­ón. Por ejemplo, “si para mí esto es importante y para ti no, ¿cómo podemos ayudarnos el uno al otro?”,

“¿qué es lo que tenemos en común en este compromiso?”.

Un diálogo ganador produce tres resultados: intersecta los propósitos, mantiene cordiales relaciones entre las partes y desemboca en acciones y acuerdos específico­s. Requiere un nuevo modus operandi: liberarse de perjuicios respecto del otro, escuchar para entender, tener razonamien­tos y emplear cifras veraces que los comprueben, usar un vocabulari­o y tono cortés, amable; expresar la idea sin divagar y no tomar como personal lo que el otro dice, aunque sean críticas.

Un modus operandi que privilegia contrapone­r opiniones desde posturas rígidas con la única intención de prevalecer u obtener prebendas conduce al fracaso. La pandemia demostró que sí es posible cambiar el modus operandi en poco tiempo, las empresas, universida­des y organizaci­ones modificaro­n sus modos de servir y de trabajar, entre otros. La Ley de Creación de Oportunida­des es el mejor laboratori­o que tenemos disponible para empezar a cambiar el modus operandi político, en particular sobre cómo conversamo­s en el país sobre los grandes cambios que debemos hacer. Y es también un ejemplo para todos, ya que en un mundo diverso y complejo es un imperativo vital tener diálogos ganadores en todos los espacios de convivenci­a. Hacerlo cambiará nuestra vida, bien lo dijo el sabio chileno Humberto Maturana. (O)

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador