UNA ‘BASE MARCIANA’ EN DESIERTO
En un cráter de 500 metros de profundidad, perdido en medio del desierto ocre de Néguev, los astronautas con sus trajes caminan lentamente. ¿Su misión? Simular en el sur de Israel las condiciones de vida en Marte. En este marco tan peculiar del Mitzpé Ramon, el mayor cráter de erosión del mundo, con 40 km de longitud, el Foro Espacial Austriaco (OeWF) instaló su “base marciana”, en colaboración con la agencia espacial israelí, dentro de la misión Amadee-20, prevista para el año pasado pero aplazada por la pandemia de COVID-19.
El cráter, el desierto rocoso y los colores anaranjados del horizonte se parecen al paisaje de Marte, pero la ingravidez y el frío no tanto. “Aquí tenemos temperaturas de 25 a 30 ºC, en Marte hace menos 60 ºC y la atmósfera es irrespirable”, explica el austriaco Gernot Grömer, quien supervisa la misión.
Hasta finales de este mes, seis “astronautas análogos” —expresión para describir a las personas que reproducen en la Tierra las condiciones de misiones largas en el espacio— oriundos de Portugal, España, Alemania, Holanda, Austria e Israel vivirán aislados en esta “estación marciana”. Y solo podrán salir de ella en escafandra, como si estuvieran en Marte.
La base tiene forma de polígono y es alimentada con energía solar. Durante el mes en el que simularán la vida de Marte en la Tierra, los astronautas análogos tendrán que probar un prototipo de dron que funciona sin GPS y vehículos autónomos propulsados por el viento y la energía solar para cartografiar el territorio.
“Es un sueño hecho realidad”, dice Alon Tenzer, astronauta israelí de 36 años. “Es algo en lo que trabajamos desde hace varios años, estoy muy feliz de estar aquí”, asegura a la AFP.
La misión también quiere estudiar los comportamientos humanos, sobre todo el impacto del aislamiento en los astronautas.
(I)