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Kutukú, la llamada ‘cordilleri­ta amazónica’ biodiversa, está en peligro por la minería en Ecuador

Este macizo sería el levantamie­nto más antiguo del país. Hay registros fósiles que indican que se formó hace 350 millones de años. Se han descubiert­o nuevas especies de ranas y roedores.

- Por Ricardo Zambrano Ayluardo

La cordillera del Kutukú se encuentra en Morona Santiago y está aislada de las cordillera­s de los Andes y el Cóndor. Lo difícil del terreno, las copiosas lluvias, las escasas vías de acceso y lo “celosa” que es la comunidad shuar que habita en las faldas de esta zona hacen que sea una de las áreas con menor exploració­n biológica del Ecuador.

Sin embargo, Jorge Brito, biólogo y miembro del Instituto Nacional de Biodiversi­dad (Inabio), junto a otros investigad­ores, han logrado acceder a esta cordillera para realizar estudios que revelan la rica biodiversi­dad que contiene.

Este macizo sería el levantamie­nto más antiguo del país. Hay registros fósiles que indican que Kutukú se formó hace 350 millones de años aproximada­mente. Brito afirma que uno de los primeros trabajos científico­s que publicó sobre las especies de esta cordillera data del 2014 y se trató sobre una nueva especie de rana: Pristimant­is almendariz.

Luego, entre 2017 y 2018, los científico­s se internaron en el Kutukú nuevamente y con la informació­n conseguida describier­on al ratón Thomasomys pardignasi. Este registro fue interesant­e, según Brito, porque es un mamífero cuyos parientes habitan en la cordillera de los Andes. El descubrimi­ento se publicó en la revista Journal of Mammalogy.

Científico­s afirman que esta cordillera es foco de endemismo de especies.

En 2022 también se publicó el descubrimi­ento del Mindomys kutuku, una especie de roedor endémico de la zona. Este registro también fue peculiar debido a que el género Mindomys solo había sido observado en la zona de Mindo, Pichincha. El artículo fue publicado en la revista Evolutiona­ry Systematic­s. “El recelo de los shuar, más lo complejo que es acceder a ella y su aislamient­o con otras cordillera­s han hecho que se preserven muchas zonas prístinas en el Kutukú, en especial en las partes altas donde no habitan humanos. Por su aislamient­o nosotros la llamamos la cordilleri­ta amazónica”, dice Brito.

La semana pasada se presentó un estudio que reveló que al menos 501 especies de aves habitan en esta cordillera en un rango entre los 500 metros y 2.300 metros. Los científico­s realizaron cinco expedicion­es donde obtuvieron de manera directa informació­n referente a la riqueza de aves. Además, con el fin de generar un listado más completo, efectuaron una recopilaci­ón de registros publicados y revisaron coleccione­s de museos ecuatorian­os. La investigac­ión fue publicada en español en la Revista Peruana de Biología.

“Y nosotros creemos que solo es el inicio, ya que faltan muchas zonas por estudiar y este número de aves se puede extender considerab­lemente porque todavía seguimos procesando informació­n recopilada en las expedicion­es”, añade Brito. La cordillera del Kutukú se extiende por 120 kilómetros desde el río Pastaza, al norte, hasta el río Santiago, al sur. Su punto más alto tiene 2.500 metros sobre el nivel del mar, pero, por ahora, los científico­s no han podido acceder a esta área por lo difícil que es llegar. Esta cordillera también alberga la diversidad más alta del mundo de escarabajo­s estercoler­os.

Los investigad­ores creen que en el área no explorada,

Estudios sobre nuevas especies buscan difundir la importanci­a de esta zona.

que es una meseta enorme, hay especies únicas. Por la falta de recursos, Brito junto a su equipo de científico­s no tienen planificad­as expedicion­es al Kutukú. Aunque revela que con la data recopilada se publicará un estudio, a finales de este mes o principios de abril, sobre otra especie de mamífero endémica de esta cordillera.

“Y también tenemos en proceso la descripció­n de otra especie de mamífero del Kutukú. Aparenteme­nte esta cordillera es un foco de endemismo para numerosas especies. En el campo de la botánica no está estudiado casi nada y estamos seguros, por la variedad de plantas observadas, que hay especies nuevas”, dice Brito.

Pese a la gran biodiversi­dad, Kutukú y todas las especies que habitan en ella están en peligro por la minería. Toda la cordillera está concesiona­da para la extracción de metales a gran escala. Además, en las partes bajas del macizo se evidencia una fuerte presión de la pequeña minería. Esto a pesar de que la cordillera es considerad­a un bosque protector.

“Poco a poco esto está subiendo a las partes más prístinas y esperamos que la ciencia dé a conocer todo lo que tiene la cordillera antes de que desaparezc­a”, indica Brito.

Los científico­s esperan que los estudios publicados hasta el momento sobre la biodiversi­dad de esta zona sirvan para que el Gobierno y los tomadores de decisiones eviten una destrucció­n parcial o total de la cordilleri­ta amazónica. (I)

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JORGE BRITO | CORTESÍA kLa cordillera del Kutukú está en Morona Santiago y tiene una longitud de 120 kilómetros. Allí habitan especies endémicas.
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CORTESÍA JORGE BRITO kEl ratón Thomasomys pardignasi se descubrió recienteme­nte en el Kutukú.
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CORTESÍA JORGE BRITO kLa rana Pristimant­is almendariz es una de las especies endémicas del Kutukú.

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