Palabra diaria

Mi espíritu servicial es el amor divino en acción. SERVICIAL

Cuando veo una oportunidad de servir, no dudo en ofrecer mi ayuda. Soy cuidadoso de ser sensible a los sentimientos de los demás, respetando su derecho a rechazar mi ayuda. Nunca insisto en que mi manera de hacer las cosas va a funcionar mejor. Con humildad y gracia voy donde me necesitan y hago lo que se requiere que haga. Me siento bendecido por poder ser las manos de Dios en el mundo. Ser útil siempre alimenta mi alma. También acepto la ayuda cuando se me ofrece, entendiendo que el impulso de servir no vive solamente en mí.

Mi vida se hace más rica y plena cuando vivo y trabajo con otros, ofreciendo voluntariamente mi ayuda donde pueda y aceptando ayuda con gratitud cuando yo la necesite.