SOMBREROS, CON FIBRA DE BANANO
Hace catorce años nació un proyecto de mujeres para la elaboración de artesanías a base de fibra de banano en la provincia de El Oro. Las creaciones de ellas incluso llegan hoy a venderse en mercados internacionales, y han sido entregadas como regalos a reinas de belleza y a un pontífice.
La iniciativa nació por un grupo de la Asociación de Mujeres Agroartesanales (AMA) de El Oro, quienes a lo largo de estos años han mejorado el proceso, el acabado y los diseños. Así han logrado que sus productos ya se comercialicen en los mercados internacionales, como el de Estados Unidos y países de Europa.
”Empezamos en octubre del 2008. Fue un proyecto del MIES que tenía como finalidad la elaboración de artesanías a base de la fibra de banano. Lo que pretendía era mejorar la economía de las mujeres de nuestra asociación”, recordó Felicia Mendía, quien cumple las funciones de coordinadora del gremio de mujeres.
Ella mencionó que los migrantes en distintos países son sus clientes permanentes. “Ellos quieren llevar un producto de la identidad de Ecuador, y por eso escogen nuestra mercadería, que va desde sombreros, carteras, bolsos y otros”, mencionó Mendía mientras preparaba un pedido reciente de un lote de sombreros que irán en los próximos días a Países Bajos.
Los mercados internacionales se abrieron para ellas con el acompañamiento que realiza el Ministerio de Comercio Exterior a través de los contactos, las ruedas de negocios y ferias. “Nos ayudan a buscar mercados internacionales y concretar ventas del producto”, explicaron las mujeres que se dedican a su elaboración.
Utiliza de materia prima el tallo del banano, dándole un valor agregado y transformando la fibra en artesanías para elaborar sombreros y llamativas carteras, bolsos, portalápices, portarretratos, monederos, sombreros, llaveros, muñecas, canastas, entre otros artículos.
La selección del tallo debe ser de una planta que cosechada y tener una dimensión no menor a un metro y medio; entre más largo sea el tallo, mejor. Luego se hace un desvainado, se seleccionan las capas secas y se retiran las descompuestas. Las mujeres explicaron que luego de un proceso de saneamiento se seleccionan tres tipos de fibra (dura, suave y malla), las cuales se diseccionan en forma de tiras o cintas. Después se lavan, se secan con el sol y se colocan en el interior de cajas de cartón en ambientes frescos, hasta su utilización posterior.
Los tres tipos de fibra son utilizados en las obras según su resistencia. Por ejemplo, la dura sirve para recubrir una cartera o hacer la base para un bolso; la suave es ideal para la elaboración de sombreros, por su fácil manejo; y la tipo malla es utilizada para acabados en torno a la decoración de lo que fue creado.
”Hemos logrado mejorar la calidad incorporando a la fibra de banano tagua; otras fibras, como las hojas de maíz, semillas; y otros productos naturales que sirven de adornos. Además contamos con el proceso de hormado” explicó Angelita Chimbo, artesana que vive en Pasaje.
Cada mujer dedica entre dos y tres horas diarias al trabajo artesanal mientras cumple tareas domésticas, como preparar alimentos para su familia. “La elaboración de los sombreros es una de mis mejores ocupaciones, que nos deja algo de dinero para solventar gastos familiares”, señala la mujer, que alista un sombrero que será enviado a Estados Unidos.
”Tejer un sombrero puede tardar entre ocho horas y hasta tres semanas. Cada sombrero tiene un diseño original; lo que se vende es una verdadera artesanía”, dijo. Para la comercialización local e internacional diseñaron dos tipos de empaques, que incluyen identificaciones del producto y certificación ecológica.
Lorgia Cuenca es una de las mujeres que lideran el grupo de artesanas orenses. La mayoría de ellas proviene de zonas rurales, donde los recursos económicos son muy limitados. Ellas aprovechan los tallos desechados del banano para crear una variedad de artesanías. El precio de un sobrero es de alrededor de $ 20.
(I)