Atacan a la Iglesia
Por atacar a la Iglesia católica, el periódico Periodista Digital (España), en una nota reciente titula ‘El papa Francisco dice que no es necesario creer en Dios’. Las comillas revelan una cita, pero no es cita ni es verdadera la interpretación. A unas cartas escritas el 7 de julio y el 7 de agosto de 2013 en el periódico La Repubblica, por el periodista italiano Eugenio Scalfari, quien se declara “un no creyente, interesado y fascinado por la predicación de Jesús de Nazareth”, que ha leído detenidamente la encíclica Lumen fidei de Benedicto XVI, y formula preguntas sobre el fenómeno de la fe, si Dios perdona a los que no creen, si hay una verdad absoluta, y si desaparecerá el pensamiento sobre Dios con la desaparición del hombre sobre la tierra; el sumo pontífice le responde el 4 de septiembre del mismo año. Le dice que la fe “se basa en la predicación y en la figura de Jesús (… ), no es algo accesorio y secundario en la existencia del creyente, sino una expresión íntima e indispensable (…), no es intransigente, sino que crece en la convivencia que respeta al otro”. Del perdón a los no creyentes, expresa: “partiendo de que la misericordia de Dios no tiene límites, si acudimos a Él con corazón sincero y contrito, la cuestión para quien no cree está en obedecer a la propia conciencia. Hay pecado, también para quien no tiene fe, cuando se va contra la conciencia”. De la verdad absoluta, dice: “para la fe cristiana, la verdad es el amor de Dios por nosotros en Jesucristo”. Y del pensamiento infinito sobre Dios, indica: “Dios no es una idea, por muy alta que sea, fruto del pensamiento humano. Dios es una realidad con R mayúscula. Dios no depende, por tanto, de nuestro pensamiento”. En ninguna parte de la carta de casi seis páginas, encontré al papa Francisco diciendo: “No es necesario creer en Dios”. Sí, más bien, tras admitir errores y pecados, afirmar que la Iglesia “no tiene otro sentido y finalidad que vivir y dar testimonio de Jesús”. Eso es lo verdadero y trascendental. (O) Jorge Arturo Gallardo Moscoso, periodista, Guayaquil