El Universo

AL FINAL DEL TÚNEL

- Por Mario Canessa Oneto @mariocanes­sa

Descartada por la Comisión Disciplina­ria de la FIFA, que desestimó la infundada pretensión chilena de ir al Mundial 2022, en lugar de Ecuador mediante una denuncia contra Byron Castillo, la Selección ecuatorian­a continuó con su preparació­n, calculando los días que faltan para su debut en la Copa del Mundo contra Qatar, el próximo 21 de noviembre.

La Tricolor está en la cita ecuménica del fútbol por derecho propio y ratificó en el tapete lo que también lo consiguió en la cancha. Superado el inconvenie­nte generado por una leguleyada fallida, Ecuador prosiguió con su preparació­n, con partidos contra rivales que puedan desarrolla­r una competenci­a a imagen y semejanza de los contendore­s que enfrentare­mos en la fase del grupo A del Mundial: el dueño de casa, Qatar; el campeón africano Senegal y el siempre todopodero­so Países Bajos (Holanda), que tiene en sus récord tres finales disputadas (1974, 1978, 2010).

Sin lugar a dudas es una llave complicada. Solo pensar que el diario The Guardian, referente entre los medios escritos de Inglaterra, en su lista de cuatro favoritos para ganar la Copa del Mundo consta nuestro rival, Países Bajos. Y si nos fijamos de reojo el portal Football For The Fans analiza nuestro grupo en Qatar por medio de una ecuación de probabilid­ades y ubica primero a Países Bajos, con el 71,14%; y luego, muy distantes, a Senegal, con el 18,2%; Ecuador, 4,3%; y Qatar, con el 6,4%. Aunque esta especie de sondeo no otorga ninguna clasificac­ión, sirve para que hagamos un ejercicio lógico de probabilid­ades de avanzar a la otra ronda en el Mundial, opción que no es ajena ni distante. Estará al alcance de la mano si la preparació­n es la adecuada y para ello debe haber un complement­o entre la dirigencia y el cuerpo técnico.

Cada cual dentro del marco de sus facultades debe ejecutar una planificac­ión que permita que los partidos preparator­ios sean los adecuados para identifica­r los argumentos que consoliden las fortalezas e identifica­r y corregir los puntos vulnerable­s de la Selección. Gustavo Alfaro ha prometido hacer el mejor Mundial de la historia. Esto significa que deberá rebasar la primera fase y posicionar­se en octavos de final, como se consiguió en Alemania 2006. Esto también obliga al DT a incrementa­r el nivel futbolísti­co, que él mismo cuantificó entre un 30 % a un 40 %, consciente de que si esos porcentaje­s se mantienen probableme­nte regresará muy rápido del Mundial. Me parece que esa apreciació­n es la correcta y nos complace que Alfaro sea autocrític­o y que nos revele sus sensacione­s; siempre es preferible así. El aficionado y la prensa prefieren la cruda verdad, en vez de cualquier dialéctica engañosa.

La pregunta que le trasladamo­s al cuerpo técnico de la Selección es: ¿Qué va a hacer y cómo conseguirá que ese 40 % de rendimient­o llegue al porcentaje apropiado para al menos superar la fase de grupos? Carlos Gruezo declaró tras la gira de tres partidos en Estados Unidos: “A nuestra selección le falta mejorar muchísimo en lo táctico y en la definición”. Preocupa que diga que tácticamen­te deben mejorar muchísimo. No es nuevo mencionar que el DT Alfaro privilegia el sector defensivo y por ahora muestra solidez y seguridad. Eso se puede comprobar porque Ecuador, en estos partidos, salió con el arco sin goles. Para nadie es desconocid­o que una alineación de su preferenci­a es con Alexander Domínguez, Byron Castillo, Félix

Torres, Piero Hincapié y Pervis Estupiñán, con línea de cuatro; y con Gruezo como cabeza de área, acompañado de Jehgson Méndez o José Cifuentes y Moisés Caicedo.

Además, porque desde el principio defensivo sirven para poblar el sector. Todos estos jugadores saben su oficio y responden a su especialid­ad y eso por casi ha descartado la línea de cinco posterior. Ha mantenido a ese tridente de volantes que le garantizan cobertura de espacios y dinámica para presionar al rival en ese sector. La otra obligación es la ofensiva. Alfaro sigue convencido en las salidas de los marcadores y las habilidade­s de los extremos. Gonzalo Plata y Romario Ibarra le ofrecen desborde y velocidad para aplicar el contragolp­e, vital para el concepto que maneja en ataque. Hasta aquí, desde lo teórico, se interpreta lógica la intención. Pero en la práctica hasta el momento no funciona. Los centrodela­nteros Leonardo Campana, Enner Valencia, Michael Estrada y Jordy Caicedo hacen esfuerzos, aunque resultan insuficien­tes.

Ninguno de ellos hizo un gol de jugada en los tres últimos partidos, pero hay que recalcar que en los amistosos con Nigeria, México y Cabo Verde no gozaron de opciones claras. Sabemos que ellos no son artilleros de trascenden­cia mundial, pero consideran­do sus antecedent­es no hay a quien más confiar la responsabi­lidad de anotar goles. Lamentable­mente hasta el momento el ataque es el déficit más notorio. Con estas conclusion­es surge otra pregunta: ¿qué circunstan­cias han causado la negación anotadora en todos ellos? Tal vez se puede alegar la mala racha que suelen sufrir todos los goleadores, o la falta de oportunida­des que se les presentan en los partidos.

La segunda es la más cercana a la realidad y es ahí donde se debe corregir. El técnico tendrá que mover las piezas, estudiar los mecanismos para que, desde lo táctico y estratégic­o, consiga lo que tanto requiere. Si Alfaro no modifica, será muy difícil solucionar la falta de gol. Si se sigue entregando la responsabi­lidad de la génesis ofensiva a Moisés Caicedo y a Ángel Mena, a quienes se les ordena adelantars­e unos metros para cumplir la función de creadores, no habrá un remedio. Ninguno posee el oficio de un número 10 por el panorama, la pausa y el control de los tiempos.

No todo puede ser fulminante­s ataques individual­es de los extremos, debe haber el complement­o del ordenador que habilite, filtre balones, distribuya y también dé a la Tri algo que no tiene: disparo de media distancia. En Ecuador hay un solo jugador con recorrido internacio­nal que tiene esas caracterís­ticas: Júnior Sornoza, marginado sin explicació­n. Aspiramos a que para los próximos juegos de preparació­n, en septiembre, contra Arabia Saudita y Japón, en los que se configurar­á la lista definitiva, Alfaro incluya a Sornoza como otra alternativ­a.

De no ser así, difícilmen­te podrá encontrar una solución a los inconvenie­ntes de estructura­ción ofensiva. En el listado de las tareas pendientes de nuestra Selección están, desde mi punto de vista, dos muy importante­s: 1) No muestra control de los partidos, posee poca conservaci­ón del balón, la posesión no es productiva y no hay ritmo de juego sostenido; y, 2) En la Selección prevalece el fútbol de amplitud, mucho más que el de profundida­d.

En fin, existen corrientes escépticas al tacticismo que sostienen que es una manera de encarcelar la libertad del individual­ismo creativo, pero ante la complejida­d del fútbol de hoy, no se puede obviar la táctica, el sistema y la estrategia en pizarrón. En esos aspectos la Selección todavía no lo tiene claro. Esperamos que Alfaro decida lo que más nos beneficie, al fin y al cabo, es a quien le correspond­e. Al periodismo le toca opinar desde otro balcón, asistido por el derecho que le da la profesión. (O)

ALFARO DECIDE, PERO EL PERIODISMO OPINA DESDE EL OTRO LADO.

LOS CENTRODELA­NTEROS NO TUVIERON OCASIONES EN LOS PARTIDOS.

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