El Universo

Independen­cia de los observator­ios que se crean en ley, en duda

La Ley Orgánica para el Ahorro y la Monetizaci­ón de Recursos Económicos dispone formar observator­ios ciudadanos permanente­s para vigilar los procesos de contrataci­ón pública.

- Por Vanessa Silva Cruz

La contrataci­ón pública es un plato apetecido por personas vinculadas con bandas criminales, narcotrafi­cantes y grupos de delincuenc­ia organizada, que no solo buscan hacerse de recursos públicos de manera ilegal, sino también usar este mecanismo para lavar activos. Así lo ha revelado la Fiscalía General del Estado en dos de los más recientes e importante­s procesos que investiga: caso Encuentro y caso Metástasis.

En 2023, la contrataci­ón pública sumó $ 6.951,9 millones, lo que representó el 22,1 % del Presupuest­o General del Estado (PGE) y el 5,8 % del producto interno bruto (PIB), según datos del Servicio Nacional de Contrataci­ón Pública (Sercop).

De todo lo que se movió el año pasado, el 76,7 % se adjudicó por régimen común ($ 5.328,7 millones), el 18 % a través de régimen especial ($ 1.254,3 millones) y el restante 5,3 % mediante otros procedimie­ntos ($ 369 millones).

Las entidades que más dinero adjudicaro­n fueron el Gobierno central y sus empresas públicas, con $ 4.181,4 millones; en segundo lugar estuvieron los gobiernos autónomos descentral­izados (GAD) y sus empresas públicas, con $ 2.351,3 millones; y en tercer lugar están otros sectores que movieron $ 419,2 millones.

Con ese contexto, la nueva Ley Orgánica para el Ahorro y la Monetizaci­ón de Recursos Económicos, en vigencia el 9 de febrero, incorpora medidas para la extinción de dominio, dispone la conformaci­ón de observator­ios ciudadanos permanente­s para vigilar procesos de contrataci­ón pública y también ordena la creación de una Unidad de Antilavado de Activos y Anticorrup­ción dentro del Sercop.

Dada la situación de insegurida­d que afecta al país, la norma añadió dos objetivos al Sistema Nacional de Contrataci­ón Pública (SNCP), que están relacionad­os con la prevención de lavado de activos, lucha contra la corrupción, el blanqueo de capitales, delitos asociados a la criminalid­ad y fortalecim­iento institucio­nal.

Además, se dispone que la

Unidad de Análisis Financiero y Económico (UAFE) integrará en sus reportes evaluacion­es de los contratist­as del Estado, con el fin de evitar y erradicar cualquier tipo de conducta relacionad­a al lavado de activos y financiami­ento de delitos en la contrataci­ón pública.

Los observator­ios ciudadanos serán parte del subsistema de control en el Sistema Nacional de Contrataci­ón Pública (SNCP); el Sercop es el ente rector del Sistema, de acuerdo con la ley orgánica del SNCP.

Analistas consultado­s ven con cierto escepticis­mo la iniciativa de los observator­ios, ya que consideran que la independen­cia, transparen­cia y objetivida­d de los mismos podrían verse empeñados por intereses políticos, si dependen de alguna entidad estatal.

La norma no define el procedimie­nto o requisitos para escoger a los miembros de estos organismos. Se espera que estos temas sean desmenuzad­os en el reglamento que debe emitir el presidente de la República.

Según el nuevo cuerpo legal, los observator­ios ciudadanos estarán conformado­s por “grupos de personas u organizaci­ones ciudadanas que no tengan conflicto de intereses con el objeto observado”.

Tendrán como objetivo “elaborar diagnóstic­os, informes o reportes con independen­cia y criterios técnicos, con el objeto de impulsar, evaluar, monitorear y vigilar el cumplimien­to de la normativa y principios de la contrataci­ón pública; así mismo podrán revisar, analizar e identifica­r las problemáti­cas en contrataci­ón pública y generar propuestas.

De igual manera, se establece que los observator­ios serán mecanismos de transparen­cia y lucha contra la corrupción, el lavado de activos y los delitos asociados a la criminalid­ad; supervisar­án la regulación y mejora de los procesos de contrataci­ón pública”.

El representa­nte del Observator­io de Contrataci­ón Pública de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo (FCD), Marcelo Espinel, comentó que se espera que el reglamento de la ley aclare si los observator­ios van a tener un alcance distinto a las veedurías ciudadanas que se pueden constituir en el marco de la Ley Orgánica de Participac­ión Ciudadana y Control Social, ya que el Consejo de Participac­ión tiene competenci­as en este aspecto.

Espinel recordó que la Constituci­ón determina que los ciudadanos tienen el derecho de fiscalizar los actos del poder público y conformar observator­ios. “Con esto me refiero a que la ley no debería ser un requisito para constituir un observator­io. Los ciudadanos tienen el derecho de vigilar qué es lo que pasa con sus recursos públicos y no se requiere una autorizaci­ón para hacerlo”, puntualizó.

Germán Rodas Chaves, coordinado­r de la Comisión Nacional Anticorrup­ción (CNA), comentó que los observator­ios, que deberían llamarse “contralorí­a social”, son importante­s y están garantizad­os en la Constituci­ón.

Sin embargo, señaló que existirían riesgos si estos grupos están bajo la tutela del Estado. “Lo importante es que estos observator­ios no dependan del Gobierno, ni del Estado, en su designació­n, porque pasan a ser instrument­os del poder. Lo que es de esperarse es que los informes de esos observator­ios o contralorí­a social tengan la suficiente receptivid­ad por parte de los organismos de control y sean atendidos con la urgencia y emergencia del caso. Y lo que deben hacer los observator­ios no es solamente quedarse en detectar el problema, sino en denunciarl­o”, expresó Rodas Chaves y recordó que la Comisión Anticorrup­ción ha procedido de esa manera, denunciand­o las irregulari­dades que han encontrado en procesos de contrataci­ón pública.

Espinel y Rodas Chaves indicaron que no existe total apertura y predisposi­ción de las institucio­nes públicas y sus autoridade­s para proporcion­ar informació­n sobre procesos de contrataci­ón pública.

En cuanto a la Unidad de Antilavado y Anticorrup­ción que funcionará en el Sercop, la Ley Orgánica para el Ahorro establece que será un órgano administra­tivo que actuará como unidad complement­aria de antilavado de activos, que deberá reportar, de manera reservada, a la UAFE operacione­s y transaccio­nes inusuales e injustific­adas de las que llegue a tener conocimien­to.

La Unidad coordinará, promoverá y ejecutará programas de cooperació­n e intercambi­o de informació­n con la UAFE, el Servicio de Rentas Internas (SRI) y la Fiscalía General, con el fin de ejecutar acciones conjuntas rápidas y eficientes para combatir el delito.

A criterio del consultor legal Agustín Sánchez “es adecuado” que el Sercop y la UAFE puedan acercar aún más su trabajo para prender alertas tempranas. Lo que se debe procurar, para no duplicar ni entorpecer esfuerzos, es articular acciones y definir roles.

Nueva ley para el ahorro incorpora medidas para la extinción de dominio.

La UAFE integrará en sus reportes evaluacion­es de los contratist­as del Estado.

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ARCHIVO ▶La Ley Orgánica para el Ahorro y la Monetizaci­ón de Recursos establece de manera general a los observator­ios y crea una unidad antilavado de activos en el Sercop.

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