VERGÜENZA Y HASTÍO
Purga. Así definió la Fiscalía General del Estado el más reciente operativo y caso que estremece el sistema de justicia y la política del Ecuador. Entre los sinónimos para esta palabra la Real Academia de la Lengua Española (RAE) publica: laxante, depurador, medicamento.
La ciudadanía no puede más que ver con hastío cómo doce personas, entre jueces, políticos y servidores judiciales fueron detenidos el lunes y son investigados por el presunto delito de delincuencia organizada relacionado con la Función Judicial, la llamada a imponer justicia en el país.
La fiscal general Diana Salazar anticipó que el caso Purga se deriva de las indagaciones del caso Metástasis, en el que también se investiga el delito de delincuencia organizada e igualmente están involucrados jueces y servidores judiciales.
Hará falta más que un laxante para depurar un sistema podrido, lleno del pus de la corrupción. El primer paso se ha dado desde el Ministerio Público, pero requiere de todo el respaldo político y ciudadano para rescatar la justicia de los elementos que la contaminan.
Con toda seguridad también habrá funcionarios probos a los que se debe respeto. Por ello es complicada la generalización y necesarias las investigaciones profundas, la fortaleza de las autoridades dispuestas a que la Purga judicial y política sea total.
La justicia no puede, no debe, estar al servicio de intereses políticos, de delincuencia ni narcotráfico. Ecuador exige que quienes se han prestado para fines ruines sean sancionados drásticamente, que no hayan medidas cautelares para quienes no han tenido el más mínimo pudor ni respeto por sus funciones y mandantes.
El país merece transitar por vías de dignidad, solo con una verdadera purga de funcionarios deplorables y con leyes justas empezará a cambiar el presente para un mejor futuro.
Las investigaciones del caso Purga, de Metástasis y tantos otros tienen que conducir a una justicia real, que devuelva la confianza de los ciudadanos en la institucionalidad.