Efecto ‘cucaracha’: bandas migran hacia otros sitios y delitos
Este fenómeno se da por los operativos de Policía y FF. AA. Se ha producido un incremento en los casos de extorsión y secuestro, con los cuales se lucran las organizaciones delictivas.
La Zona 8, conformada por Guayaquil, Durán y Samborondón, tuvo una reducción del 17,29 % de asesinatos entre el 1 de enero y 7 de marzo en el marco del estado de excepción y declaratoria de conflicto armado interno, vigentes desde el 8 y 9 de enero. Pero la cifra de muertes violentas subió en algunos distritos en los que en 2023 el número era más bajo en el mismo periodo descrito.
La Zona 8, integrada por doce distritos, entre el 1 de enero y el 7 de marzo registró 330 crímenes, frente a los 399 en el mismo lapso de 2023.
Los distritos en los que aumentaron los asesinatos de un año a otro son Durán, que pasó de 20 a 95; Pascuales, de 36 a 42; Esteros, de 25 a 34; Samborondón, de 3 a 8; y Modelo, de 5 a 8.
Los distritos en los que bajó el número de crímenes son el Sur, de 76 a 48; Nueva Prosperina, de 122 a 26; Portete, de 36 a 20; 9 de Octubre, de 23 a 19; Florida, de 29 a 17; Progreso, de 19 a 11; y Ceibos, de 5 a 2.
De estas cifras oficiales de la Policía Nacional se desprende que son los distritos en los que la incidencia de crímenes disminuyó. Sin embargo, hay quienes se sienten preocupados porque en sus sectores se han dado asesinatos cuando antes no había tales o la cifra era más baja que la actual.
Entre el 9 de enero y 12 de marzo, el Bloque de Seguridad, integrado por Fuerzas Armadas y Policía Nacional, aprehendió a 13.249 personas. De ellas, 280 fueron detenidas por presunto delito de terrorismo.
Fernando Carrión, especialista en seguridad, sostiene que, de acuerdo con labores de inteligencia, el Gobierno nacional ha priorizado los sectores en los que se identificó mayor prevalencia de las bandas delictivas, 22 de las cuales hoy son consideradas terroristas según el Decreto 111.
Y por eso, por ejemplo, distritos como Nueva Prosperina, que el año pasado cerró con 566 crímenes, una cifra que lo ubicó, además, como el tercero más violento del mundo después de dos ciudades mexicanas, Colima y Zamora, entre el 1 de enero y 7 de marzo tuvo 26 casos, cuando en el mismo lapso del 2023 registró 122.
En este distrito se han ejecutado operativos conjuntos que permitieron golpear a las estructuras criminales consideradas terroristas, entre ellas, Los Tiguerones, Las Águilas, Los Fatales y una pequeña facción de Los Choneros.
“Esto lo que produce, porque son acciones focalizadas, es un efecto globo o en México también le llaman ‘cucaracha’, que es el desplazamiento a otros lugares. Y no solo a otros lugares, sino a otros tipos de delito. Ya estamos viendo un incremento, por ejemplo, en secuestros y extorsiones”, explica el experto.
Según Carrión, “como se cierran los ingresos por la vía principal del narcotráfico, esos son los ingresos principales de estas 22 organizaciones, tienen que financiar la actividad de más o menos 50.000 personas que están vinculadas a estos grupos criminales. Para eso tienen que ir a otros territorios y a otros delitos para captar esos recursos económicos”.
En consonancia con esto, la cifra de denuncias por extorsiones en la Zona 8 pasó de 566 casos en 2023 a 1.531 en 2024; y los secuestros, de 15 a 209 entre el 1 de enero y 8 de marzo, según cifras oficiales.
Daniel Pontón, docente de la Escuela de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), menciona que el delito, en efecto, se desplaza en tiempo y espacio cuando hay una intervención focalizada en territorio y también hay modificación en el tipo de delito.
“Yo creo que es lo que está pasando, es un efecto disuasivo que ha generado un desplazamiento y tal vez esto responda
Mediante decreto, 22 grupos delictivos fueron declarados terroristas.
La Zona 8, entre el 1 de enero y el 7 de marzo, registró 330 crímenes.
a que se ha dado prioridad a ciertas zonas frente a otras o la dinámica de ciertas zonas es muy distinta a las otras. Intervenciones directas sobre ciertos territorios, aun así hay una incidencia directa sobre el homicidio y en otras no, porque cada zona es distinta”, señala.
Para él, una intervención focalizada requiere acciones sociales que recuperen la tranquilidad del sector y así el Estado le gane terreno a la ilegalidad.