San Vicente despidió a ‘la niña Brigitte’, alcaldesa que fue asesinada a sus 27 años
Allegados dijeron que funcionaria era muy querida y que tenía el anhelo de llevar agua a todo el cantón.
Eran muchos. Iban a pie, iban llorando. Avanzaron por la calle principal de la turística Canoa. Eran muchachos, madres, vecinos, amigos y familiares, que iban del brazo, agarrados, sosteniéndose el uno al otro, con la misma tristeza que mostraron hace apenas unos días cuando estuvieron en el velorio.
Era gente del pueblo, muchos caminaban tristes, porque iban rumbo a sepultar a la alcaldesa, a la que asesinaron el fin de semana, en un domingo que nadie olvidará en San Vicente. El cuerpo de Brigitte García estuvo toda la mañana en el patio de su casa. Allí la velaron. La despidieron.
A las 13:30 del martes 26 de marzo la sacaron en hombros para llevarla al polideportivo de Canoa. Esto en medio del sol, del sudor que a ratos se confundía con el llanto. Allí le rindieron homenajes. La lloraron, abrazaron sus fotos, las banderas de San Vicente. La despedida se había iniciado.
José Mera, de 82 años, se levantó temprano para salir desde el centro de San Vicente, tomar un bus y llegar al sepelio. Estuvo a las 12:30. Arribó a Canoa con su guitarra entre los brazos, para ver si podía cantar una canción de despedida a la alcaldesa de San Vicente. Pensó en aquella que entona el trío Los Panchos: Sin ti, no podré vivir jamás, y pensar que nunca más, vivirás junto a mí.
Y Mera se la quería cantar entre llantos, aunque sabía que entre tanta gente, seguramente no iba a poder hacerlo. “Qué dolor, oiga, con la niña Brigitte, yo siempre le decía así, la niña Brigitte, qué linda ella. La he llorado, la he lagrimeado. Elegante persona, muy querida”, expresó el adulto mayor.
Desde el portal de su casa, don Aurelio Palaguachi miraba pasar el féretro. Los mariachis tocaban una canción. Habían cambiado la letra de Mi viejo San Juan para meterle frases de Canoa y de la “niña Brigitte”. La gente lloraba al paso.
Don Aurelio, apenas el ataúd pasaba cerca de él, no aguantó la pena, llevó sus manos al rostro, meneó la cabeza de un lado a otro, como negando lo que estaba viendo y buscó consuelo en su casa.
En el polideportivo de Canoa, el sacerdote trataba de consolar a la gente diciéndoles que Dios amaba tanto a Brigitte García, que prefirió llevarla a su lado para que no se corrompiera como funcionaria. Que hay que estar tristes, sí, pero contentos también, decía el religioso.
De camino al cementerio, el dolor era más fuerte. Allí iba el féretro, allí iba el cuerpo de la alcaldesa más joven del país, de 27 años, quien no pudo concretar el anhelo de llevar agua a todo San Vicente, comentaban los allegados.
Los familiares se acercaban, los amigos eran muchos más, ninguno quería irse sin decir adiós, sin capturar alguna escena del sepelio con sus celulares. No hay despedida sin empujones, o sin buscar el consuelo en el hombro de gente que no conocen. La gente lloraba, respiraba hondo, caminaba como podía. Los amigos llenaron el cementerio, se subieron a las bóvedas para testificar el último adiós.
En el cementerio sonaron las sirenas de los bomberos, sonó también la infaltable canción Amor eterno. La familia se acercó al féretro. Empezó a despedirse. Una tía de la alcaldesa Brigitte García se subió a una bóveda y dijo que ella estuvo en la posesión de la alcaldesa y que ahora estaba aquí, dándole el adiós final.
“La vi ese día con qué alegría, con qué emoción. Ahora qué dolor tan grande invade a nuestra familia”, expresó.
La tía pidió un aplauso. Las palmas sonaron por al menos 20 segundos. “Este es el agradecimiento del pueblo. Espero que la sepan recordar”, dijo.
El sepelio siguió su curso. Un amigo oró por ella. Rider Leones, el albañil que le construyó la bóveda y que dijo que le iba a hacer la mejor de todas, cumplió su palabra. Llegó vestido de negro, con el rostro desencajado, minutos después empezó a sellar la tumba, una bóveda bonita, con cerámica, la mejor que ha hecho tal y como se lo prometió a la “niña Briggite”, la alcaldesa de San Vicente asesinada a tiros, junto con Jairo Loor, jefe de Comunicación del cabildo.
La Policía Nacional busca identificar a los autores del doble crimen.
Alcaldesa Brigitte García fue asesinada junto al comunicador Jairo Loor.