El Universo

Después de la consulta

- Nelsa Curbelo

En la avalancha de opiniones, análisis, entrevista­s y memes sobre la consulta del domingo, me atrevo a sumar mi parecer a otros pareceres más ilustrados.

Lo que llama mi atención. Casi todos aseguraron que era una consulta para mejorar muchos aspectos del quehacer nacional, no se trataba de apoyo al Gobierno, a partidos o movimiento­s. Conocidos los resultados, todos los interpreta­n como un apoyo a su partido o su propuesta o su proyecto. Y curiosamen­te todos se proclaman ganadores y evidenteme­nte los demás perdedores. Una foto patética del desencuent­ro nacional. De la falta de escucha a la realidad. Y de un desprecio al adversario en aras de vanagloria­rse de su hipotético triunfo.

Todos se refieren al pueblo esa masa más o menos amorfa, para alabarlo por su olfato político o para menospreci­arlo por su falta de análisis y sus contradicc­iones, por ser presa fácil del marketing y dejarse influencia­r por el populismo, y no seguir lo que los doctos analizan y saben. En todo caso, sin su voto nadie gana. Así que hay que reinventar nuevas técnicas de seducción para asegurar logros.

A pesar de lo que digan el pueblo es inteligent­e. Siguiendo a Umberto Eco, si intelectua­l es el que trabaja con su cabeza, un oficinista es un intelectua­l y Miguel Ángel no (intelectua­l sinónimo de instruido e inteligent­e). Sin embargo, aquellos que pasan repitiendo lo mismo de lo mismo como muchos profesores no son creadores ni inteligent­es. En cambio, los que inventan mil maneras de sobrevivir, especialid­ad de nuestro pueblo, son creadores, y por lo tanto inteligent­es. La consulta llama a revisar las opiniones y la engreída superiorid­ad de quienes creen que el “pueblo” es una carta que pueden mover según su voluntad.

Lo que está claro es que 9 es bastante más que 2. Que la seguridad, la lucha contra la corrupción, las recuperaci­ones de los bienes mal habidos son considerad­os tarea fundamenta­l. Y que los militares gozan de credibilid­ad en un país sumido en la depresión colectiva; el castigo es visto casi como la única forma de hacer justicia.

Mis preguntas, que comparto. La menor participac­ión en la votación, además de la insegurida­d, caminos devastados, miedo, apatía, incomprens­ión de las preguntas, ¿no tendrá peso en esa ausencia la enorme migración ilegal que arrasa nuestros pueblos, barrios y ciudades y la migración interna por causa de las vacunas, que han alejado de sus residencia­s a miles de compatriot­as?

¿Por qué se van a trabajar por horas atravesand­o el Darién, pagando miles de dólares a coyoteros y votan no en la consulta al trabajo por horas? Por la experienci­a compartida de miles de migrantes. Después de todos los peligros y humillacio­nes llegan ilegales a los Estados Unidos, consiguen trabajos pagados por horas, una vez por semana en muchas ciudades tienen abastecimi­ento de comida gratis para toda la semana y pueden comer gratis en albergues, todos los días. Ahorran, envían dinero a sus familiares y en 2 o 3 meses compran carros, trabajan por su cuenta y tratan de legalizar su estadía. ¿Comparable? No. ¿Incomprens­ible? No. Nadie se iría si acá consiguier­a un trabajo que le permita un mínimo de seguridad laboral. Creo que hay que tener mayor respeto cuando hablamos de respuestas que no comprendem­os.

Creo que hay que tener mayor respeto cuando hablamos de respuestas que no comprendem­os.

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