Personas que sobreviven en la calle
Agnes Gonxha Bojaxhiu, a quien luego le llamaron la madre Teresa de Calcuta, tuvo un estilo de vida abnegado en el que se dedicó a trabajar por los más pobres, tras un llamado de Dios. Ella comenzó ofreciendo comida e incluso simplemente un abrazo a las personas que se encontraban en los barrios pobres.
La cantidad de personas en condición de calle ha crecido de manera exponencial en la ciudad de Guayaquil, esto a consecuencia de las condiciones que dificultan el acceso a un trabajo digno y a la seguridad social, sumado a esto puede estar la violencia que viven en sus hogares y comunidades, lo que genera la expulsión de estas personas de sus lugares de origen. En esta ciudad existen retos para garantizar los derechos humanos de este grupo de la población.
Casi siempre paso por la calle Vélez entre Chimborazo y Escobedo en horas de la noche y miro con mucha tristeza como decenas de personas, entre ellas de la tercera edad y hasta discapacitados, se instalan a lo largo de los andenes para tender cartones, papeles de periódico y sábanas para dormir, en donde en el transcurso de la noche los rincones formados por los muros de los edificios se convierten en servicios higiénicos y de igual manera en otros sectores.
Creo que es apremiante pedir de manera urgente a las autoridades gubernamentales ayuden a estas personas en condición de calle.
Es necesario informar que en Guayaquil hay una organización no estatal y sin fines de lucro que son un ejemplo de solidaridad, en donde proporcionan un servicio incondicional y gratuito a los más pobres. La comunidad de sacerdotes de la iglesia San Agustín, en donde aproximadamente hace 12 años funciona el Voluntariado Señor de la Buena Esperanza Comedor para el Hermano Necesitado. Su prioridad se centra en este grupo de personas con bajos recursos y en condición de calle, les brindan servicio de comedor con desayunos y almuerzos a decenas de personas. Este proyecto está a punto de culminar, pero se necesita la ayuda de personas de buena voluntad que desee colaborar para esta buena obra. (O)
José Danilo Nieves Llanga, Guayaquil