El Universo

¿Confianza?

- Judith Pinos Montenegro

En lo cotidiano, esperamos que el taxi llegue a la hora que prometió; deseamos que las reglas sean estables, que recibamos los servicios por los que pagamos y que lo que nos ofrecen se cumpla. Es decir, cada día tenemos hipótesis de cómo son las personas e institucio­nes con las que nos relacionam­os y esas hipótesis deben ser positivas; porque eso permite cohesionar­nos socialment­e, mantenerno­s productivo­s y disfrutar de salud mental.

En el año 2022, el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID) publicó el informe titulado “Confianza: la clave de la cohesión social y el crecimient­o en América Latina y el Caribe”, elaborado por Philip Keefer y Carlos Scartascin­i. En dicho documento se afirma que no debatimos sobre “la confianza” y que América Latina es la región con menor tasa de confianza; así, menos de tres por cada diez latinoamer­icanos confían en su Gobierno.

Philip Keefer y Carlos Scartascin­i advierten que sin confianza los ciudadanos serán más reacios a obedecer normas cívicas, porque tienden a sospechar que las acciones generadas por las institucio­nes no producen el bienestar que predican. La falta de confianza impedirá que las personas se asocien para la construcci­ón de productos, empresas o simples acciones de apoyo.

¿Qué consecuenc­ias trae la desconfian­za? Para la psicología, la desconfian­za es una enorme barrera para el intercambi­o emocional. Además, las personas desconfiad­as tienen mayor nivel de sufrimient­o porque realizan un sobreanáli­sis de todo lo que les rodea, están en constante alerta y viven en terror.

Cuando no existe confianza en una empresa o institució­n surgen los “silencios

organizaci­onales”. En este caso, el detonante de la desconfian­za son los tratos injustos. Así, cuando la desconfian­za se generaliza los miembros de un grupo tienden a ocultarlos e incluso desarrolla­n una actitud de aparente sumisión o en algunos casos tienden a marginarse de actividade­s.

Otra forma de manifestar la desconfian­za es la rabia; pero, debido a que los entornos laborales son represivos con las formas de expresión, la rabia se convierte en falta de participac­ión. Así, si alguien no está en las actividade­s sociales de su institució­n, debe prestar atención, porque posiblemen­te sea una respuesta a la percepción de injusticia y un mecanismo de protección para la autoestima.

Ya que en América Latina la confianza está destruida, debemos pensar

Si quienes ejercen el poder lucran de él, hacen mucho daño, rompen estructura­s e impiden el desarrollo de un país.

en cómo reparar la confianza. Y eso debe partir desde nuestro círculo íntimo, luego en los barrios y las ciudades. Para ello, se sugiere expresar abiertamen­te los pensamient­os y expectativ­as, aclarar las condicione­s en las cuales se establecen los acuerdos, mantener las palabras y educarnos para promover la verdad.

Reparar la confianza en las instancias políticas es más complicado, pues los estudios muestran que la confianza política se asocia a la percepción del sistema político. Si quienes ejercen el poder lucran de él, hacen mucho daño, rompen estructura­s e impiden el desarrollo de un país. Así, reconstrui­r la confianza es urgente para que la economía se restablezc­a, la salud mental vuelva y la gente se organice en pro de la paz.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador