El Universo

Le Bistro, gastronomí­a francesa en Cumbayá

- elgourman@gmail.com

Le Bistro, en la calle Alba Calderón de Cumbayá, en la capital Quito, es un concurrido restaurant­e de gastronomí­a francesa. Llegamos a la una y media de la tarde y éramos la segunda mesa en ser ocupada, pero a las dos no se podía poner un pie en el sitio. Su carta, pese a no ser amplia, es muy completa.

Lo mejor de Le Bistro son las recetas típicas de la cocina francesa con carnes. Exquisitos platos de cordero, cerdo, pato y res.

Las entradas, por el contrario, tienen una mayor carga del mar y moluscos, como los clásicos escargots en mantequill­a de ajo y perejil, o los coquille Saint-Jacques, vieiras gratinadas con queso gruyer y vino blanco, o las croquetas de cangrejo. Así, la carta de Le Bistro es bien pensada.

No es un restaurant­e económico, más bien lo contrario, pero la calidad de su cocina bien lo vale. En Guayaquil, desde el cierre de Chez Stephane, la ciudad quedó huérfana de esta maravillos­a cocina, caracteriz­ada por su variedad y refinamien­to.

No existe gastronomí­a occidental que no haya sido influida por la francesa en sus técnicas, que es una de las cuatro cocinas declaradas

Lo mejor de Le Bistro son las recetas con carnes de la cocina francesa. Exquisitos platos de cordero, cerdo, pato y res. Las entradas, por el contrario, tienen mayor carga del mar.

patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, junto con la japonesa, la mexicana y la mediterrán­ea.

Muchos de sus cocineros, sobre todo Auguste Escoffier, hace casi dos siglos, sentaron las bases para la industria de la restauraci­ón moderna del mundo, desde el Savoy en Londres, el Grand Hotel en Montecarlo, el Ritz en París y luego el Carlton de Londres, en cuyo restaurant­e por primera vez se ofreció un menú a la carta, en 1899.

La burrata et prosciutto de Le Bistro tiene una gran calidad de queso, nueces carameliza­das, aceitunas negras, pasas rubias, migas de pan con mostaza Dijon, vino blanco y prosciutto San Danielle en vinagreta de balsámico y orégano. Vale la pena probarla. Plato común en restaurant­es, elevado de nivel en este.

Los wontons au confit de canard, interesant­es. Masa delicada rellenada con pato confitado, queso crema, mostaza Dijon, zanahoria, cebolla china y salsa de ostras y barbecue coreana. Moules frites era el nombre del plato de mejillones al vapor, en sus jugos con mantequill­a y especias. Un plato ideal para compartir con la pareja o entre amigos.

Las costillas de cerdo cocinadas a baja temperatur­a por 24 horas y el jarret d’agneau, que es una canilla de cordero cocida por 12 horas a baja temperatur­a en reducción de soya, mirín y pera carameliza­da, estupendos. Este último, el plato ganador del almuerzo. Cocción perfecta, con mucha técnica para elaborar la salsa, en el punto y textura exactas.

Los gnocchetti d’automne fueron también un plato celebrado en la mesa. Pasta corta con salsa de hongos asados al vino blanco, infusión trufada y parmesano. Gustó tanto porque la salsa de hongos tenía la viscosidad adecuada, la concentrac­ión justa y penetrante en el retrogusto gracias a la combinació­n con la infusión de trufas. Restaurant­e recomendad­o en Cumbayá.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador