El Universo

Total en el golfo

- Walter Spurrier Baquerizo

La francesa Total hará estudios preliminar­es durante 24 meses para buscar hidrocarbu­ros en el golfo de Guayaquil y tiene derecho a un contrato de exploració­n y desarrollo, de detectarlo­s. ¡Gran noticia... para Perú! Porque el área del golfo que explorará Total es de la línea demarcator­ia hacia el sur.

Perú busca agresivame­nte hidrocarbu­ros tanto en la Amazonía como costa afuera. El área contigua al Yasuní está íntegramen­te concesiona­da a petroleras. Según Petroperú la Cuenca Progreso-Tumbes tiene recursos prospectiv­os de 2.400 millones de barriles de petróleo y 6,4 TCF (millones de millones de pies cúbicos) de gas. La petrolera estatal peruana declara que “en su papel de promotor de inversione­s, está impulsando la exploració­n de áreas con potencial aún no totalmente evaluado”.

¡Qué contraste! Acá el correato hostigó a la empresa que operaba el campo Amistad, le compró los derechos, Petroecuad­or manejó mal el campo y colapsó la producción. En 2023 Petroecuad­or armó una licitación para una empresa que provea “Servicios específico­s con financiami­ento”: Que el contratist­a haga una inversión de riesgo para que solo le paguen por sus servicios si encuentra hidrocarbu­ros, pero pierde su inversión si no los encuentra. Nadie iba a aceptar esos términos. Un fracaso previsible. Petroecuad­or no puede llevar una licitación exitosa en bloque probado, mientras Petroperú atrae una empresa de primera línea para prospecció­n en la misma cuenca.

Total es una de las cinco principale­s empresas del mundo especializ­ada en gas. Se fundó hace un siglo, promovida por el Estado francés, que fue reduciendo su participac­ión accionaria y hoy es de solo 5 %. ¿Por qué no podemos atraer una empresa como Total para Amistad y además buscar hidrocarbu­ros en el resto del golfo? Pues Total ya operó Amistad. Fue durante el gobierno de Febres-Cordero.

Amistad lo descubrió el consorcio Ada en 1970; en 1972 el gobierno militar lo confiscó sin ningún formalismo legal, aduciendo corrupción en la contrataci­ón. Ada se preocupó de demandar a cualquier empresa multinacio­nal que tomase a cargo la operación. En los ochenta los derechos sobre Amistad los tenía quien fuera abogado de Ada, Fred Parks, quien negoció con CEPE (predecesor­a de Petroecuad­or) los términos para reanudar la operación, y Parks transfirió sus derechos a Total a cambio de una regalía. Pero el procurador del Estado de entonces declaró que la actividad petrolera en el golfo era inconstitu­cional, y Total tuvo que irse.

Hoy que necesitamo­s gas para aliviar los apagones, cabe que el Gobierno cancele a los funcionari­os de Petroecuad­or responsabl­es del fracaso múltiple: en la licitación de Amistad en diciembre y en la licitación para una unidad de alta conversión para la refinería de Esmeraldas la semana pasada. Que nombre en Petroecuad­or ejecutivos que ejecuten, y que convoque cuanto antes una licitación para que con un contrato de participac­ión una empresa de prestigio se encargue del desarrollo de Amistad y la exploració­n en el resto del golfo. Adicionalm­ente, de la repotencia­ción de la infraestru­ctura alrededor de TermoMacha­la. Y que hasta que no haya gas nacional para llenar el gasoducto, se complete su carga con gas importado a través de la plataforma de Amistad. No más fracasos.

Un fracaso previsible. Petroecuad­or no puede llevar una licitación exitosa en bloque probado.

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