EXJAVERIANOS
RECUERDAN LA AMISTAD DE SIEMPRE
Cincuenta exgraduados del colegio Javier escogieron la casa de Enrique Moncayo, en Samborondón, para su ansiado reencuentro. La amistad nacida entre tizas, cuadernos, lápices, apodos y uniformes limpios tiene tanta trascendencia que ellos siguen recordando sus cuarenta y dos años de graduados, cuando se convirtieron en la promoción XIII.
El patio de la urbanización Lago Sol se abarrotó de alegría expresada en abrazos y risas amplias, de apretones de mano y brillo en los ojos, ligeros golpes en la espalda y gritos de apodos como Pichi Machi, Tiko Tiko, Pavo, Míster Hamburguesa, Borracho, Pechiche, Pajarito, Pirulí...
Y no faltaron los que dominan el canto como Álex Olsen, Pepe Súñiga, Xavier Icaza, Gastón Merizalde, quienes entonaron músi- ca de los años ochenta de los Iracundos y Roberto Carlos.
Tanta es la confianza entre ellos, sostiene Enrique Moncayo, que cuando están enfermos no recurren enseguida a un médico, llaman a la promoción XIII para que los ayude en sus emergencias. Asimismo, cuando hay un bautizo, matrimonio o cualquier agasajo, ellos también constan entre los invitados, ya sea como padrinos o compadres.
El festejo debía terminar, los halagos entre ellos ya finalizaban, pero, eso sí, todos con la esperanza de reunirse nuevamente, “como lo hacen los verdaderos amigos”, a decir de Rafael Nicola, quien tarareaba la letra de la canción Findesemana, del grupo español de la década de los setenta Los Diablos: “La felicidad de la mano del amor vendrá, la, la, la...”