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Dicen que con los años el vino sabe mejor, pero Aerosmith con más de cuatro décadas llevando su rock por todo el mundo se asemeja más a un whisky añejo: fuerte, elegante, imponente y que te derriba. La banda estadounidense encontró sonrisas y lágrimas en su segunda vez en el país, en una velada emotiva por los temas que interpretó y la energía que desbordó en la capital ecuatoriana.
Un “hola mis panas de Quito” del vocalista Steven Tyler dio pie a lo que fue un inicio de película. Una icónica del género paseándose en una tarima del estadio Atahualpa como en sus mejores años. La noche del viernes, Tyler pisó el escenario como un doble de Jack Sparrow (pirata), gafas de aviador, bigote y chiva, mechas de color blanco, rosa y roja, una bandana color azul sobre su cabeza, anillos grandes en sus dedos con uñas pintadas de celeste, y unos pantalones acampanados negro con estrellas blancas.
Arrancaron con Let the music do the talking, pero no fue hasta su segundo tema, Love in the elevator, que el público percibió lo que estos veteranos del rock aún guardan en la galera. Los dueños del show, como es característico en la banda, fue de Tyler y el guitarrista principal, Joe Perry. Regaron sensualidad, drama, energía y rock por casi dos horas, atinándole a las notas altas en la voz y pisando todas las cuerdas perfectamente en los solos.
La gente bailó con temas como Rag doll, Livin on the edge, Fallininloveishardontheknees, Cryin’ y Crazy, pero el momento cumbre del concierto ocurrió cuando el encargado de los teclados, Buck Johnson, inició Idontwannamissathing. Las luces caídas lograron que en ese momento el espacio baje al Atahualpa y los celulares se convirtieran en estrellas. Un frío que erizaba pieles, y una voz que te obligaba abrazar a ese ser querido que te acompañó.
La fiesta volvió a animarse con algunos covers: primero Come together y luego Helter Skelter, ambas de The Beatles. Parecía que tras SweetEmotion y Dudelookslikealady su tiempo acababa, pero un piano blanco en el medio de la pasarela marcaba lo que sería un final de película. Primero la nostalgia y melancolía que regalaron con Dreamon, se transformó en gritos de satisfacción cuando sonó Walkthisway, que tuvo un solo final de Perry infinito, acompañado de la presentación de la banda, humo, confeti, mucho rock y un “Arrecho Ecuador” de Tyler como agradecimiento. El reloj marca las 00:06 y abajo el telón de una noche única.
67 vueltas celebradas en Quito En medio de su intervención, Aerosmith se tomó su tiempo para felicitar al guitarrista, Joe Perry, quien cumplió 67 años el 10 de septiembre, pero no los había podido celebrar por el huracán Irma. Hubo una torta para él.