EN SUS 60 AÑOS DE VIDA
ALBERTO DE MÓNACO
Alberto de Mónaco, hijo de la fallecida princesa Grace, llegó a los 60, ayer, rodeado de su familia y con un espectáculo “multisensorial” en su honor en la catedral de su pequeño y lujoso principado. “Es gracioso, porque no he sentido cómo envejecía. En mi cabeza sigo teniendo entre 15 y 45 años”, confiesa el príncipe entre risas al diario Le Figaro en una entrevista. Pese a ello, Alberto de Mónaco dice afrontar la nueva década con una “serenidad” de la que no hizo gala necesariamente durante su juventud. Ahora, en la madurez y con una familia completa se permite mirar atrás, pese a su no siempre ortodoxo pasado ( tiene dos hijos de relaciones extramatrimoniales que trató de ocultar durante años), y se declara satisfecho, aunque los rumores en torno a su matrimonio con la sudafricana Charlene Wittstock no cesen jamás. “Tengo una mujer maravillosa y la suerte de tener unos niños que son una alegría”, comenta Alberto Grimaldi, cuya esposa cumplió el pasado enero 40 años. La pareja lleva oficialmente desde 2006, pero no contrajo matrimonio hasta julio de 2011. Los bebés, Gabriella y Jacques, llegaron en diciembre de 2014. Ni sus nacimientos han conseguido desde la empresa sueca se declararon “entusiasmados” con la posibilidad de conectar “sus ricas culturas musicales con millones de artistas y usuarios alrededor del mundo”. Spotify es el servicio de reproducción de música en línea más grande del mundo, con 159 millones de usuarios repartidos en algo más de 60 países. Sin embargo, hasta ahora, no estaba presente en África. acallar los rumores de inestabilidad de un matrimonio que se deja ver muy poco. Su gran orgullo son, sin duda, sus hijos, que le mantienen “joven”, bromea. “Gabriella se parece más físicamente a mí, pero empieza a tener una personalidad bastante fuerte y una tendencia a la independencia que se asemeja un poco más a su madre”, explica. Jacques por su parte “se parece más físicamente a su madre pero le siento más tranquilo, observa mucho y es menos hablador que su hermana, aunque ahora empieza a hablar un poco más”, añade. De sus 12 años al frente del principado, cuyas riendas asumió a la muerte de su padre, Rainiero, en 2005, Alberto cita como uno de sus principales logros, además de sus hijos, su “mayor satisfacción”, el haber logrado sacar a Mónaco de la lista negra de paraísos fiscales. También, su implicación en el Acuerdo de París sobre el cambio climático y su trabajo en la fundación que lleva su nombre y que también está dedicada a la protección del medioambiente, según El País. Aunque está más cerca de la jubilación, retirarse no es algo que contemple por el momento, pese a que en una reciente entrevista en una cadena francesa hablara de una eventual abdicación a favor de su hijo, el heredero oficial del principado. “No hay ninguna prisa. Hace falta que Jacques esté listo y no quiero estropearle su juventud”, indica Alberto. El traspaso del poder es una conversación que deberá mantener en algún momento con su hijo porque “no quiero permanecer tampoco más allá de un cierto tiempo” .