“CUANDO LAS COSAS NO SON RETADORAS, DEJAS DE PROGRESAR”
“Creo que algo que le puede faltar al cine ecuatoriano son mecanismos de desarrollo, porque no es un tema de creación. Hay propuestas muy bien hechas pero en el proceso de producción es donde empiezan las falencias. No puedes sacar algo si no tienes presupuesto y ese es el común denominador”.
“Un buen actor es alguien que sabe captar la esencia del personaje que le estás planteando, más allá de la forma, es el sentimiento. También debe tener mucha disciplina ya que el artista de por sí es muy volátil”.
Guarda incontables anécdotas del rodaje. Una de las que más recuerda el actor Juan Carlos Rey de Castro es cuando estaba grabando el momento más importante de una escena con su compañera Pamela Sánchez ( Angie) y de la nada aparece una vaca haciendo sonidos extraños que terminó por malograr su concentración, pero que al final se convirtió en algo chistoso. Como la mayoría se rodó en exteriores, se tuvieron que acoplar al clima radicalmente cambiante, como lo describe Rey de Castro, de la ciudad de Cuenca, obligándolos a que ciertas tomas tengan que salir bien a la primera. Para Juan Carlos, cada papel que personifica lo ayuda inconscientemente a descubrir actitudes o cualidades en él que tenía ocultas. Es ahí donde radica su pasión por la actuación, en el poder percibir un abanico de realidades. “Tengo la oportunidad de en una sola vida, vivir a muchas personas. Eso hace que tenga una sensibilidad especial con el resto, por- que a veces tenemos muchos prejuicios, pero cuando un actor ha interpretado a varios tipos de sujetos hace que la tolerancia y la aceptación sea algo del día a día”, afirmó. Si hablamos específicamente de Santiago, su personaje en la cinta, el peruano reveló que este le permitió jugar con la ironía y el doble sentido para expresarse, y que le fascinó. Es obsesivo en la búsqueda de proyectos que lo pongan de cabeza y adicto a los retos. “No actuaría si es que me quedara en mi zona de confort siempre”.