MAMMA MIA: UNA Y OTRA VEZ
El refrán de ‘Nunca segundas partes fueron buenas’ se estrella con esta nueva edición de Mamma Mia! La primera fue realizada en el 2008 (recaudó 144 millones de dólares) y la secuela era inevitable. Dirigida en este 2018 por Ol Parker, el filme tiene buena fotografía, y todo parece estar bañado por un sol que se refleja en el mar turquesa, de playas blancas y coloridos personajes. El guion falla algunas veces. Las canciones de ABBA en la cinta que estamos reseñando son menos conocidas que las utilizadas en la primera versión, pero allí están Dancing Queen, Angel eyes, Kisses of fire, Andante, andante, When I kissed the teacher para regocijo de sus fanáticos. El tema My love, my life, cantado en los momentos finales de la película, se convierte en la mejor forma de exponer el significado emocional de Mamma Mia 2. Meryl Streep y Pierce Brosnan no tienen las voces requeridas, pero saben representarlas más que cantarlas. En la coreografía de los números bailables destaca el grupo de saloneros y, sobre todo, los realizados en esa flotilla de naves que se llenan de bailes en un ambiente en el que brilla un cielo sin nubes, fotografía y sonidos tan perfectos que a momentos se piensa es un cortometraje turístico.
Acierto de producción es haber escogido a las tres actrices que representan a Donna, Tanya y Rosie en plena juventud. Destaca Lily James interpretando a Donna. A la Diez años después, en la isla griega Kalokairis, Sophie (Amanda Seyfried) espera un bebé y gerencia el pequeño hotel de su madre, Donna (Meryl Streep). Está casada con Sky (Dominic Cooper) y viven una relación a ‘larga distancia’. Al darse cuenta que ella sola no puede trabajarlo pide ayuda a las dos buenas amigas de su progenitora, Tanya (Christine Baranski) y Rosie (Julie Walters). Por ellas conocerá el pasado de su madre e imaginará esas vidas llevadas en los años 70, de su juventud y cómo llegó a Grecia y conoció a cada uno de sus tres posibles padres: Sam (Pierce Brosnan), Bill (Stellan Skarsgard) y Harry (Colin Forth). La verdadera sorpresa le llegará al ver por primera vez a la abuela, Ruby Sheridan (Cher), y su pretendiente: Fernando Cienfuegos (Andy García). actriz se la ha visto en la serie de televisión inglesa Dowton Abbey y en La Cenicienta, pero aquí está superior, pues
demuestra sinceridad, talento, carisma... irradia juventud. De seguir teniendo roles como este se convertirá en una gran estrella. Jessica Keenan Wynn parece réplica de la Baranski. No era de esperar menos; ella pertenece a una dinastía actoral. Su abuelo fue el gran comediante Keenan Wynn, de larga trayectoria cinematográfica. Alexa Davis no se queda atrás. Los ‘posibles padres’ en su juventud también destacan. La presencia de Cher, su llegada en helicóptero y la versión de su canción están llenas de efervescencia. Ella y Lily James son puntales del filme.