HOTEL DE CRIMINALES
En Hotel de criminales, la acción y la ciencia ficción se dan la mano para crear un largometraje eficiente, aunque a la trama le falte un poco más de sutileza. La dirección otorgada por Drew Pearce (Iron Man 3) es correcta y el guion suena original, imaginativo. La dirección artística y la iluminación profundizan el ambiente, evocando a través de sus pasillos a media luz imágenes del averno o de la esperanza. La fotografía “tiene el fulgor de joyas empañadas”, afirma un crítico de cine estadounidense y le hacemos caso. La música es precisa.
La actuación de Jodie Foster es inmejorable, patética, y le sirve para demostrar que su talento actoral permanece intacto. Ella “es” la doctora capaz de operar con certeza, de luchar contra su tristeza, aunque piense que el licor ayude a evadirla.
Y es justamente el desarrollo del tema quirúrgico el que hace de Hotel de criminales una película futurista. Hasta hacer creer al espectador que así serán las cirugías del mañana, con la utilización de impresoras 3D. Destaca el hecho de haberla concebido -para desarrollar su trama- en un solo sitio: Los Ángeles y no llevarla por todas las ciudades posibles a fin de narrar su historia. Y esa concepción revive el mito de la ciudad californiana en que se