TAMBIÉN DEBE SABER QUE...
Su primera metedura de pata fue en el instituto donde estudió, Le Cordon Bleu, al elaborar un plato con la receta equivocada. Y en otra cosa se excedió con la cantidad de mantequilla y su creación fue lanzada al piso.
Cuando estudió en París se cortó tres veces el dedo.
No es mucho de dar besos y abrazos.
La perseverancia es la cualidad que más valora en los profesionales de la cocina.
Nunca participaría en un reality como Masterchef.
En la gastronomía, sus ídolos son Joel Robuchon y el pastelero Cedric Grolet, a quienes conoció personalmente. Mención aparte merece Benoit Couvrand, quien fue su maestro.
Solo pondría las manos en el fuego por su madre.
Quemaría en un horno los malos momentos.
Le fascina Kate del Castillo, pero espera no conocer a ningún Chapo.
A la hora de vestir se inclina por lo clásico.
No tiene un pelo de tonta, pero a veces prefiere que lo crean.