HENRY AVELINO
“No las digo, pero sí las pienso. Eso ocurre más cuando voy con alguien. Si conduzco y me acompañan mis hijos me quedo callado, pero por la cabeza se me pasan algunas. Hay muchos choferes imprudentes en las calles. También un buen golpe en el dedo gordo del pie ( risas) provoca esa reacción”.