LA TECNOLOGÍA MÉDICA ROBÓTICA YA NO ES FICCIÓN
EL HOLDING DE CLÍNICAS, CON CLÍNICA SOM, CLÍNICA DE LESIONES Y CLÍNICA DE FITNESS A LA CABEZA HAN INTRODUCIDO LA TECNOLOGÍA MÉDICA ROBÓTICA, DANDO ACCESO A PROCEDIMIENTOS QUE ANTES SOLO SE REALIZABAN EN CIUDADES DE EE.UU. Y ALGUNOS PAÍSES DE EUROPA.
No era una decisión sencilla. Pero “si nuestro grupo médico no lo hacía, alguien más lo iba a hacer” Así lo veía el Dr. David Cabrera, uno de los médicos del holding. Y no se equivocó. Después de un año y tres meses de haber introducido el Robot Láser de Alta Intensidad en Clínica de Lesiones, la resolución de casos y la prevención de cirugías innecesarias de columna, hombro y rodilla se hicieron eco en pacientes y comunidad médica. Actualmente, se han creado unidades en el Holding de Clínicas, con tecnología robótica en áreas de metabolismo, dermatología, implante capilar y se ha consolidado a Clínica de Lesiones como referente tecnológico a nivel de Latinoamérica.
¿Por qué decidieron apostar por incorporar tecnología robótica?
La Dra. Mónica Moreno, gerente de Operaciones de la Clínica, lideró una investigación de mercado y constató que en América Latina había solo una clínica se enfocaba en rehabilitación robótica para fisioterapia, en el Distrito Federal de México. En otros países de la región había tecnología similar, pero sin protocolos completos enfocados sobre esta tecnología; en Chile una clínica privada, y en Brasil, Sao Paulo, con uno de los hospitales más grandes de la región.
¿Cuál es la diferencia entre la tecnología normal y un robot?
La tecnología robótica acopla procedimientos previamente calibrados en función de diagnósticos testeados y probados con base en casuística de pacientes y patología. Por ejemplo, en fisioterapia, los centros tienen equipos básicos que no acoplan la inteligencia artificial con base en diagnósticos previos para cada patología, lo que disminuye la velocidad de recuperación, aumenta el tiempo de estancia del paciente en recuperación o tratamiento, volviendo ineficiente su reinserción laboral o de vida cotidiana.
Luego de haber incorporado toda la línea robótica y obtener una certificación internacional (Clínica de Lesiones es el único prestador de Ecuador certificado en rehabilitación física robótica), se incorporó esta línea en Clínica de Fitness y el Robot EMSCULPT NEO cambió el mercado de Latinoamérica, porque fue el primero de la región (actualmente el segundo se encuentra en Argentina, recientemente incorporado). Sin embargo, Clínica de Fitness adquirió toda la línea robótica completa, constituyéndose en el centro más completo del país en manejo de patología metabólica y estética corporal. Esto permitió abrir una línea en dermatología y se creó Clínica de Dermatología Robótica, incorporando el Sistema Robótico Artas iX y trayendo la franquicia Somoothglo de Lumenis para manejo de patología dermatológica compleja (en esta línea se cuentan con tres equipos únicos para el desarrollo de todo el protocolo).
¿Cuál es el riesgo de invertir en nueva tecnología médica de alto costo?
Este tipo de equipamiento robótico es nuevo en el país, pero en algunos casos ya tiene al menos un quinquenio en EE.UU. y algunos países de Europa y Asia, porque cuenta con aprobación de FDA y Comunidad Europea. La evidencia médica, los ensayos clínicos controlados en pacientes previos, han dado resultados que han permitido incorporar los equipos al mercado mundial con resultados positivos.
Resulta inverosímil en algunos casos pensar que otros países aún no hayan acoplado estos equipos, pero la pandemia de Covid tuvo un impacto negativo en los mercados y la fabricación limitada (por los microchips que incorporan), por lo que su costo aumentó en relación con los lanzamientos previos y porque los mercados en general han decidido esperar en inversiones, sin que el Ecuador haya seguido esta tendencia.
¿Es costosa la inversión en la robótica?
Es probablemente la tecnología más costosa que existe en el mundo a nivel de tratamientos ambulatorios y hospitalarios, pero lo importante es valorar también los esquemas de costo eficiencia sobre los tratamientos y variables como por ejemplo la adherencia y el mantenimiento posterior. Empezamos con la incorporación de esta tecnología en octubre de 2020.
Creo que la conclusión más importante y la lección que hemos aprendido es el trabajo en equipo, la formación del capital humano y obviamente la planificación estratégica alrededor de la tecnología médica. Empezamos con fisioterapia, luego fitness y metabolismo. Y después, casi sin darnos cuenta, estábamos haciendo mucha parte de dermatología aplicada a robótica y creamos una unidad especial. Eso nos permitió profesionalizar aún más la dermatología. Antes, el acné, por ejemplo, se trataba exclusivamente con corticoides y antibióticos. Ahora, con la robótica, con láseres pulsados avanzados y con cristales de cuarzo incorporados en los cabezales del equipo permiten procedimientos más seguros y efectivos.
Siempre que se introduce una nueva tecnología o nuevos servicios médicos en una ciudad hay un triple impacto: en el paciente, en la comunidad médica y en la sociedad. Al paciente se le genera una nueva capacidad de acceso, mejor terapéutica y menos invasiva, con resultados que en algunos casos pueden ser similares o superiores a una cirugía -si su patología no tiene indicación quirúrgica específica-. Eso es eficiencia y eficacia. En el mediano y largo plazo, es más costo-eficiente, porque evita que el paciente recurra a gastos parciales en el año, con resoluciones incompletas, tratando de rehabilitarse, comprando medicamentos u hospitalizaciones que se pudieron haber evitado.
En la comunidad médica, genera un impacto positivo, porque obliga al mercado a profesionalizarse, pero también hace que otros médicos puedan derivar pacientes (como ha pasado en las unidades de obesidad con Clínica SOM y con Lesiones Deportivas). La comunidad médica es maleable, se adapta y recurre a una mejor gestión de sus pacientes en procesos de referencia y contrarreferencia.
En el largo plazo, yo creería que sí y todo parece apuntar a eso. Por lo pronto, estos equipos robóticos necesitan, del operador médico y técnicos en el proceso diagnóstico y guía de calibración terapéutica. Pese a que ya hay máquinas que lo hacen, de forma artificial en Google o Amazon, la robótica médica en campos quirúrgicos también viene avanzando rápidamente. Sin embargo, toda la parte robótica siempre está acompañada de la verificación médica. Creo que aún el médico tiene que permanecer y aparecer en esos momentos de necesidad del paciente.
Para responder esta pregunta, lo ideal es ejemplificar eventos médicos actuales. A nivel mundial, los pacientes preferirían operarse con un Robot Da Vinci una cirugía abdominal o ginecológica versus una laparoscópica convencional, no porque esta última no tenga su grado de validez, sino porque la seguridad y la calidad de la robótica supera a la convencional. En las prestaciones ambulatorias ocurre exactamente lo mismo. Por ejemplo, en lesiones complejas de columna lumbar, como hernia discal, la fisioterapia convencional (terapia manual, compresas y ultrasonido) no tienen efecto directo sobre la base mecánica de la lesión como sí lo puede tener el Robot de Descompresión Espinal o el Robot Láser de Alta Intensidad (ambos equipos de Clínica de Lesiones), por ejemplo, y en campos como el estético, el implante capilar con el Sistema Robótico Artas iX, ha demostrado ser -médicamente- muy superior a la cosecha e implante manual del folículo y evitar que la cirugía sea fallida. La robótica estética para lipomodelado es otro ejemplo, ya que la tecnología de EMSCULPT NEO y el resto de la línea de fitness robótico, da resultados que simulan una intervención quirúrgica en el mediano plazo, sin la necesidad de recurrir a un quirófano -con todos los riesgos que eso conlleva-.
Si bien no todos los pacientes pueden ser operados, la temática global mundial está invitando a la comunidad a precisamente evitar cirugías innecesarias en todas las áreas de especialidad y subespecialidad médica con el uso de tecnología robótica.
La tecnología médica, normalmente, tiene un lapso de vida de entre siete y diez años. Si es tecnología rápidamente intercambiable, su tiempo de recambio no será menor de cinco años.