SI LLEGÉ A UN MUNDIAL DE IRONMAN, ¿POR QUÉ NO USTEDES?
Cristina Moshenek es ecuatoriana y ejecutiva del grupo económico DK. Ahora, sus responsabilidades han cambiado hacia lo social y el empoderamiento femenino.
Actualmente es gerente de Asuntos Corporativos de todas las empresas del grupo DK, que tiene desde centros comerciales hasta equipos deportivos de fútbol. Su objetivo es introducir un componente social, como una característica del grupo empresarial.
¿Cuál es el rol de Cristina Moshenek?
Trabajo con la comunidad, buscamos un concepto holístico de lo que es nuestra relación con ellos. No nos preocupamos solo por conseguir las mejores marcas o locales; nos preocupamos de servirles y serles útiles. Estoy 10 años en el grupo, ahora voy a tomar nuevos rumbos. Salí de Dekaterra S.A., donde me enfocaba en el desarrollo de proyectos inmobiliarios, y me uní a Corporación DK, un área corporativa del grupo que trabaja con las empresas. Apoyamos los requerimientos de estas, ya sea en recursos humanos, financieros, responsabilidad social, manejo de crisis; somos un brazo de apoyo.
Una empresa que no esté enfocada en la sostenibilidad, en la conservación del ambiente, en la responsabilidad social no se mantendrá en el tiempo, ese es el nuevo camino que hemos arrancado.
¿Cuántas empresas tiene el grupo?
El grupo tiene nueve centros comerciales en el país. Estamos iniciando la construcción del décimo. En Quito hay cinco, tres en Guayaquil, uno en Cotopaxi y uno en Manta. La próxima semana iniciamos las obras en Santo Domingo. No paramos, nuestro objetivo es seguir creciendo.
¿También está involucrado en otras áreas?
Sí, en el área textil con Deltex. También estamos dentro del área de aeropuerto de Quito con el Quitotelcenter y con el Independiente del Valle, que, si bien es un proyecto personal de Michelle Deller, todos estamos involucrados. Formalmente no soy parte, pero está en mi corazón, muero por el proyecto porque es un agente de cambio importantísimo. Cambiamos la vida de los chicos y apoyamos a las mujeres con el fútbol femenino. Cuando ves a los niños y miras cómo se empoderan de su vida, sin duda su entorno cambiará así no lleguen a ser profesionales. Trabajamos para transformar vidas y cumplir sueños.
¿Con cuántos inversionistas cuenta el grupo?
Es una empresa familiar, muy pequeña de tres personas.
¿Hace cuántos años llegaron a Ecuador?
Llegaron al Ecuador como refugiados de la Segunda Guerra Mundial. Empezó con los abuelos en agricultura, luego crearon el Hostal Colón. El primer centro comercial fue Quicentro Shopping, en 1983. Contamos con 720 mil metros cuadrados desarrollados en centros comerciales y 1.074 locales; entre empleados, dependientes de los locales y servicios complementarios, tenemos 13.300 personas. En el 2020 las inversiones fueron muy bajas en el desarrollo de proyectos, estamos retomando poco a poco.
¿Cuáles son las condiciones que establecen para llevar a cabo un proyecto?
Lo primero que se toma en cuenta es la ubicación y luego establecemos una estrategia. Obligatoriamente realizamos estudios de mercado para entender a la comunidad a la que vamos a servir. La mejor ubicación, con fácil acceso, es lo prioritario.
¿Cuál sería una inversión aproximada?
En terrenos, valores importantes, es difícil poner dólares a las cosas.
¿Qué tan difícil es realizar un proyecto en Quito?
Me vas a meter en problemas. En Quito sí es complicado. Hoy en día tenemos un plan de uso y gestión de suelo, pero no tenemos un régimen de uso de suelo, que es el reglamento que permite aplicarlo. Parte de mi trabajo es estrechar los lazos con las autoridades, porque queremos hacer las cosas bien, con proyectos que apoyen y aporten a la comunidad.
¿Cómo logra el equilibrio?
El equilibrio es una mentira (risas). Estoy segura de que fallo en muchas cosas. Estoy segura de que en algún momento les fallé a mis hijos, no llegué a una presentación de ellos en el colegio, a mi esposo, en la oficina, a mis amigos. La perfección no existe.
Todos los proyectos de centros comerciales son en terrenos propios. La inversión es únicamente del grupo.
¿Cuáles son sus reglas de trabajo?
Creo en la mujer, empodero a las que trabajan conmigo, soy exigente y les reto a que siempre podamos hacer más. Cuando hago algo le pongo el 100% y eso espero de la gente que trabaja conmigo.
¿Una experiencia difícil, que le haya marcado?
(Titubea). Enfrentar una realidad que no la tenía tan clara, entender el efecto de la violencia contra la mujer en Ecuador y sobre todo en Pichincha. Siempre hablamos de igualdad de género, de evitar la violencia, pero cuando te sientas a ver la realidad, cuando te sientas a escuchar sus historias y te reúnes con las víctimas y te das cuenta de que pasa tan cerca, de que no hay edad, ni condición social, te compromete inmensamente. El grupo ha decidido poner mucho énfasis en ese tema; estamos trabajando con el Consejo Provincial a través del proyecto Warmi. Un caso que me marcó es el de un niño que llamó a denunciar que su papá estaba ahorcando a su esposa. Muy duro entender esta realidad, la pandemia ha sido gravísima. Estamos arrancando con charlas porque tenemos que llegar tanto a hombres como a mujeres.
¿Cuál es su rutina diaria?
Me levanto a las 04:30 am, soy muy estructurada. El deporte es el balance de mi vida, es la mejor manera de empezar el día, me pone en un estado zen, no hay nada como tomar la tabla de entrenamiento y decir será que puedo. Soy una workaholic de frente, vengo a la oficina y no salgo hasta siete de la noche. Mis hijos son profesionales y ya no viven en casa. Con mi esposo hemos encontrado un balance. los momentos que compartimos son de calidad.
Deportista compulsiva, ¿qué significó representar al Ecuador en el campeonato mundial de ironman en Australia en 2016?
Cuando me clasifiqué no lo podía creer, tuve que enfrentar mis miedos, llegué a Australia sola, cargando mi bicicleta y mis ilusiones. Fue fundamental, una lección de vida.
¿Es el momento para que Cristina Moshenek se reinvente?
Estoy dejando un campo que conocía de memoria y me sentía muy cómoda. Por más de 20 años estuve al frente de la gerencia de proyectos inmobiliarios en dos grupos económicos grandes y hoy me voy a enfocar en nuevas propuestas que igual van a crecer como un edificio, pero el impacto social será diferente. Trabajar por el medio ambiente, empoderar a las mujeres, luchar contra la violencia, por un mundo más sustentable son retos muy importantes.
¿Es posible cumplir todo esto?
Si llegué a un mundial en Australia, nada es imposible.