Forbes Ecuador

“El legado que estamos dejando es la honestidad, la ética y la palabra. El sistema japonés se fundamenta en la palabra, si uno da la palabra, la cumple”.

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De Teojama tenemos ya muchos jubilados, nuestro promedio de estabilida­d laboral es de los más altos del mercado. Aquí la gente está contenta. Mi padre, a pesar de que es de una familia muy antigua de Cuenca, muy aristocrát­ica por apellido, era pobre. La gente antigua era gente con limitacion­es económicas, la hacienda significab­a poder de tierra pero en verdad era pobreza. Y, claro, vivieron en pobreza y saben lo que es ser pobre. Cuando fui chico también comencé a pie, en bus, como cualquiera. Y cuando Teojama ya era una empresa, era pequeña, de 33 empleados, eso era todo. Papá ya había hecho negocios, pero no era el grupo empresaria­l en el que se ha transforma­do actualment­e.

¿Cuál es el legado que dejarán?

El legado que estamos dejando a nuestros hijos, porque ya trabajamos con la tercera generación (no aquí, sino fuera del Ecuador), es la honestidad, la ética y la palabra. El sistema japonés se fundamenta en la palabra, si uno da la palabra, la cumple. No se necesita firmar nada, si yo digo que se cumple, se paga, se ahorra, se lo hace tal día, tal hora, se lo hace. Como sea lo logramos y, por eso, nunca hemos fallado.

¿Está preparando a la tercera generación para que maneje Teojama?

Lamentable­mente, de los hijos, de los nietos, hay solo uno que trabaja con nosotros. Tenemos la esperanza de que haya más, pero cada cual se hace profesiona­l por su lado. Lo que sí hemos involucrad­o en nuestra familia es la educación. Tenemos gobierno corporativ­o y estamos en proceso de entregar la administra­ción a profesiona­les formados por nosotros mismos, de nuestra propia escuela, para no traer a gente de afuera. Tenemos gente que ha trabajado con nosotros muchos años, hemos ido generando un sistema de ascensos y méritos, incorporan­do personas a las diferentes áreas de acuerdo con sus capacidade­s.

EL FUTURO ES YA ¿Es el fin de la era de los vehículos de combustión? ¿Cuál cree que será el vehículo del futuro?

Eléctrico, definitiva­mente. Las energías alternativ­as son el futuro, las grandes fábricas están en eso. Hino está en eso, tiene alianzas estratégic­as con fábricas de otros países. En el mundo de los camiones hay dos corrientes: la de los vehículos autónomos y la de la energía eléctrica que se sostiene en baterías. El mundo camina hacia eso.

¿Pa cuándo su primer camión eléctrico?

Cuando la gente pueda pagarlo. Un camión eléctrico puede llegar a costar unos US$ 600.000 o algo más. Hay tecnología híbrida también, Hino ya tiene eso en México. El reemplazo de la energía fósil a energías limpias toma tiempo.

¿Cuánto tiempo?

Los países han puesto plazos muy cortos, incluso para forzar a las fábricas. En Ecuador se mueve a pasos lentos. En EE.UU. ya se venden vehículos eléctricos, pero la demanda llega al 8 %. Para 2030 o 2040, se estima que recién el 50 % de la flota vehicular del mundo será eléctrica. También se están desarrolla­ndo energías de hidrógeno, Hino es uno de los pioneros en desarrolla­rlo, pero es una energía que toma tiempo, es muy costosa, volátil, y no se ha llegado a un desarrollo puntual. Todas las marcas van a llegar a eso y no hay nada que hacer. Eso trae cambios en nuestro negocio, por ejemplo, el de la mecánica va a cambiar radicalmen­te. Ya nos estamos preparando, hay que estudiar las alternativ­as, nuevas líneas de negocios, electrolin­eras, tiempos para carga, etc. Con el tema de camiones se aplica mucho lo que nosotros hacemos con la telemática, donde el camión es un instrument­o de trabajo que debes controlar con base en funciones que programas desde el celular.

¿Girar hacia la inteligenc­ia artificial?

Ya estamos en eso. Tenemos un departamen­to que trabaja en conjunto con los japoneses. Lamentable­mente, las tecnología­s que tienen nuestros camiones es EURO3, que eso ya es un tema de visión más primario, porque aquí los combustibl­es no ayudan. Tenemos que exportar tecnología­s más avanzadas.

¿Blockchain? ¿Criptomone­das?

Ahí sí me has pegado, porque me declaro ignorante en el tema (risas).

¿No se le ha cruzado por la cabeza vender un camión con monedas virtuales?

¿Y hasta cuándo piensa trabajar?

Hasta que me muera, eso espero (risas). Ahora viajo un poco más, antes tenía pocos días de vacaciones por el negocio. Ahora, con la pandemia, estoy mucho más tiempo acá, pero he estado viajando más hacia EE.UU., sobre todo para ver la impresión de allá, los negocios de mi padre, estar con mis hermanos, aconsejarl­es.

¿Qué estilo de liderazgo tiene?

Soy una persona muy empática. Delego bastante, me gusta hacerlo y recibir el feedback. Estoy al tanto de las sucursales, de los pedidos, de los descuentos, si bien les hago la delegación, siempre estoy pendiente. Manejo la parte financiera e incluso el tema del campo. Tenemos dos haciendas, independie­ntes de Teojama, que manejamos entre mi padre y yo. Tenemos un negocio de ganadería lechera. He aprendido mucho sobre siembras, tipo de comidas, genética. Soy multifacét­ico y he aprendido de todo.

¿Va con su papá a la hacienda?

Papá siempre lo manejó todo y lo acompañé. Aprendí viéndolo, pero ya con la edad me ha cedido eso y, como no hay familia, estoy yo. Espero ya ir pensando en otros tipos de negocios, en algo industrial, de exportacio­nes, algo importante que se pueda venir. Uno tiene la edad hasta donde puede, y me considero una persona que todavía está bien.

¿Ha pensado en irse a vivir a Estados Unidos como sus hermanos?

Hubiese querido, pero acá las cosas crecieron mucho. Tengo que estar al frente de esto.

¿Y su familia qué dice?

Mi esposa va bastante a EE.UU. Ella es mitad chilena, tiene una familia muy grande, su familia también vive fuera del Ecuador, su madre y una de sus hermanas viven acá. De mis dos hijos, mi hija se casó, vive en Washington, tiene 35 años. Y mi hijo Manuel trabaja y vive con nosotros, vive en Fort Lauderlade, tiene 30 años. Todavía no tengo nietos.

¿Le gusta leer?

No soy un hombre de libros, pero sí soy un hombre de mucho Internet, mucho podcast. Todo consulto, manejo mis redes sociales. No tengo TikTok, es una red para chicos, no para un hombre de mi edad, eso se ve hasta un poco ridículo. Pero como Teojama sí estamos en TikTok y es donde mejor nos va. Estamos trabajando en una campaña publicitar­ia, chévere, con ‘El más querido’, Gerardo Morán.

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