¿Es Justa La Ley…?
i. Objetivo.- Busco aportar con reflexiones encaminadas a desarrollar una sociedad justa y libre, en la que existan más oportunidades para todos, menos pobreza y más riqueza, más empresarios y emprendimientos; reflexionando sobre normas que pudiesen resultar contraproducentes; así como cuestionando algunos paradigmas tomados como válidos, como el proteccionismo; interpretando modestamente una parte del valioso pensamiento del premio Nobel de Economía F. Hayek y del escritor, economista y legislador francés F. Bastiat.
ii. ¿La ley es justa? No siempre es justa en razón de sus intenciones y efectos; sobre todo cuando algunos políticos, a través de los legisladores, expiden leyes, o los presidentes a, decretos, amén de conveniencias y/o compromisos políticos y/o por acceder a presiones sociales, etc., que tienen aparente sentido de ayuda a un sector determinado, pero que generan concomitantemente una afectación a otro(s) sector(es). Es decir, la norma produce un beneficio —entiéndase un privilegio— a favor de un sector, pero en desmedro de otro no menos importante, así se produce un ambiente de incertidumbre económica.
Si la ley está dada en el enfoque que nos ocupa, esto es en la creación de derechos, y principalmente cuando se los presenta como conquistas sociales, al final del día la ley infortunadamente carecería, en esencia, de utilidad objetiva y eficiencia social. La vida, la libertad y la propiedad bien habida no necesitan de la ley para existir ni para ser respetadas, ya que preexisten a la ley, es decir son derechos esenciales por ser inherentes al ser humano. Consecuentemente, el legislador no tiene el derecho, por no decir el atrevimiento, de atribuirse la facultad de reconocer y, peor aún, de otorgar esos derechos, ya que, si tuviera dicha facultad, la tendría también implícitamente para quitarlos a conveniencia política del gobernante.
Veamos unos ejemplos: in grupo de “empresaurios” hacen lobby con el gobernante de turno, a fin de que por decreto prohíba las importaciones de tal o cual bien, ya que ellos quieren tener exclusividad en la producción local. A la final, quien deberá pagar los precios (convenientes a los proveedores locales y no necesariamente a los consumidores) por los productos (quizás de relativa si no es de menor calidad) frente a los importados, será la gente, los consumidores. ¿En beneficio de quién? De un grupo de privilegiados que se valieron de su cercanía al poder, vía cabildeo, para obtener prebendas que benefician y protegen a sus industrias, pero que, a la final, perjudican a la sociedad en su conjunto. Se vuelve menos productivo al país, se mantiene una industria quizás ineficiente, se paga a los consumidores precios que no necesariamente son los mejores, y se reciben productos que probablemente tampoco serían superiores a los importados. Y, ¿todo esto a pretexto de proteger la industria local?
Otro ejemplo: se resuelve subir el salario básico a US$ 900, cuando el de mercado es US$ 450, con la intención de mejorar la calidad de vida de los trabajadores. ¿Cual sería el efecto? Que las empresas deban o bien subir los precios de sus productos y servicios, a fin de poder solventar el incremento legal, que no obedece al incremento de la calidad sino del costo de la mano de obra, con el grave riesgo de que la demanda no pueda solventar ese incremento; que no contraten más personal o, por el contrario, despedir una parte o, peor aún, cerrar.
iii. La sociedad que progresa debe caracterizarse por un sistema con educación de calidad, sin privilegios, en la cual se pretenda igualdad de oportunidades dentro de lo razonablemente posible, en función de los talentos y esfuerzos propios de cada cual. En es sistema debe primar la libertad como bien supremo, así como la igualdad ante la ley, todo orientado hacia la senda del progreso, con un pueblo basado en la justicia, con ideales nobles, enfocado en la paz, en la apertura comercial, como válidos motores productivos del desarrollo de los pueblos.
“LA VIDA, LA LIBERTAD Y LA PROPIEDAD BIEN HABIDA NO NECESITAN DE LA LEY PARA EXISTIR NI PARA SER RESPETADAS, YA QUE PREEXISTEN A LA LEY, ES DECIR SON DERECHOS ESENCIALES POR SER INHERENTES AL SER HUMANO”