Buenas noticias: hay muchos problemas por solucionar
Los emprendedores de cepa, aquellos que están a la caza de oportunidades, se enfocan en solucionar problemas, grandes problemas. Tan grandes que la solución que planteen beneficie a millones de personas. De esta manera logran impacto y obtienen un beneficio económico. Y, ojo que no está mal lograr beneficios económicos solucionando problemas, así algunos piensen lo contrario.
Bajo esa lógica, la primera tarea de quienes quieren emprender es detectar un problema que esté afectando a regiones enteras del planeta. Como ejemplos de problemas globales por resolver se pueden mencionar la inclusión financiera, la salud mental, la movilidad dentro de ciudades colapsadas por la cantidad de vehículos, la desnutrición crónica infantil, la escasez de alimentos y de agua en varias zonas del planeta, el calentamiento global, los efectos de las migraciones globales en el empleo, por citar algunos.
Son crisis, pero también oportunidades. Son situaciones de riesgo, pero también ventanas para dar un salto hacia el futuro. Es el momento ideal para que los emprendedores viajen en el tiempo y detecten problemas que están por llegar; que lancen ideas descabelladas como las que aparecían en los años sesenta y setenta en lo que hoy es Silicon Valley, la cuna de la innovación.
Ahora, enfocados en Ecuador, pensemos en los problemas con los que nos topamos a diario y vayamos ideando las soluciones. ¿A quién no le enloquece la congestión que se vive, en diferentes niveles, en las calles de Quito, Guayaquil y Cuenca? ¿Cuántos de nosotros no quisiéramos hacer algo por esas familias, muchas de migrantes, que viven en la calle a la espera de la caridad de la gente? ¿Cuántas veces al día conversamos con amigos o familiares sobre los vaivenes del clima sin tener la certeza de cuándo caerá una nueva lluvia con granizo? ¿Por qué no se digitalizan todos o casi todos los trámites ciudadanos, tal como ocurre en Estonia, donde solo el matrimonio debe ser presencial?
La lista de problemas a ser resueltos en Ecuador y en el planeta entero es bastante larga, y eso es una buena noticia. Hay mucho por hacer, hay muchas ideas que pueden surgir en cualquier momento. Hay muchos problemas por resolver. Y las soluciones vendrán del ecosistema emprendedor, en donde se conectan visiones distintas con recursos y personas. Ese ecosistema funciona con un ritmo distinto, con reglas flexibles y con talento. Allí las alianzas estratégicas son el combustible que impulsa el cambio.
Las ideas salvadoras también llegarán de la academia, desde el sector público, de empresarios experimentados y con conciencia, de equipos de trabajo diversos que sueñan con un cambio de modelos. Las ideas también vendrán de los niños y jóvenes que aún están en la escuela, en el colegio o en la universidad, pero que ya van entendiendo que emprender es solucionar problemas.
Hace pocos días una colega periodista me preguntaba si conocía de alguna aplicación que transforme un audio en texto. Yo le respondí, con humor, que cuando desarrolle esa app me retiraré del periodismo a disfrutar de los beneficios económicos de esa herramienta que tanto anhelamos quienes estamos en el periodismo. Pero al mismo tiempo confirmé un problema, menor, que tenemos quienes trabajamos en la edición de textos. Este es un ejemplo sencillo de descubrir un problema y pensar en una solución.
La misma situación, pero mucho más compleja, la viven los científicos que ya saben de un problema (los nuevos virus que pueden atacar a la humanidad en cualquier momento). O los ingenieros de materiales que pasan sus vidas entre laboratorios y experimentos que en algún punto darán con un material que será la respuesta a una dificultad o complicación. Ni hablar de los científicos de datos, esa nueva y sexy profesión, que trabajan con algoritmos que ya están siendo probados en la academia o en las empresas que están más en 2030 que en el caótico 2022.
En ocasiones dar con una solución es un asunto del azar, como ocurrió con la penicilina hace ya casi un siglo. Pero esa es una excepción de la regla. Los emprendedores saben que arreglar un conflicto es un proceso que implica planificación, tiempo, recursos económicos, pruebas para detectar errores, validaciones y más.
La tarea entonces es elaborar una lista de problemas, pensar cómo solucionarlos y empezar a buscar los recursos para lograrlo. ¿Difícil?
“LA LISTA DE PROBLEMAS A SER RESUELTOS ES BASTANTE LARGA Y ESO ES BUENO. HAY MUCHO POR HACER”