CRUCEN LOS DEDOS, HAY OPCIÓN DE NOBEL
Soñar no cuesta nada. Aunque está consciente de que todavía tiene mucho camino por recorrer, la lojana under 30 Belén Sotomayor ve al mayor premio de las ciencias como un ¿por qué no? Ganó un concurso de biotecnología en la Universidad de Cambridge, Reino Unido. Pero eso solo es la punta del iceberg.
Le encanta leer, tocar el violín e ir al gimnasio a levantar pesas. Con el instrumento musical no toca reggaetón… aún, dice, pero sí le gusta el ritmo. Lojana, de 27 años, segunda de cuatro hermanos en una familila humilde, donde su madre era profesora de Literatura y su padre profesor de Matemáticas. Es Myriam Belén Sotomayor Burneo. Belén, para todos.
El 21 de septiembre de 2022, el país se despertó con la noticia de que esta joven había alcanzado el primer lugar en un concurso de biotecnología en el GapSummit 2022, organizado por la entidad Global Biotech Revolution y que tuvo sede en la Universidad de Cambridge, en Reino Unido. Allí se habían reunido un centenar de expertos, científicos y nuevos líderes en biotecnología, para participar en un reto de innovación por equipos, para plantear soluciones a problemas relacionados con el desarrollo biotecnológico sostenible. Sotomayor lideró su grupo, conformado por Miroslav Gasparek, estudiante de doctorado en la Universidad de Oxford (Inglaterra), quien realiza investigaciones en Biología Sintética, y Kai-Wen Karen Yang, estudiante de maestría de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos), quien desarrolla una investigación enfocada en Ingeniería Biomédica y Data Science. Ellos contaron con la mentoría de Hannah McEwen, jefe de Ciencias de la Ingeniería en la multinacional Johnson & Johnson. Su propuesta, denominada ALLVAX, que consiste en crear una plataforma para producir vacunas a bajo costo, se llevó los laureles. Para saber más detalles del proyecto y de su vida, nos contactamos con ella y esta fue la conversación.
No estamos tan acostumbrados en Ecuador a este tipo de noticias. ¿Cuál es la dimensión real para hacernos una idea?
Estoy comenzando mi tercer año de doctorado en Biotecnología en Cornell University (Estados Unidos). Me faltan otros tres años más. En medio de mis estudios, me enteré sobre esta conferencia y decidí participar, no solo para representar a Ecuador, sino a Latinoamérica. Fue muy bonito porque me comentaron que hubo más de 800 participantes, de 79 países, y de esos escogieron a 100 personas, la mayoría de ellas muy reconocidas y líderes en el campo de la biotecnología. Me llenó de emoción ver que Ecuador estaba ahí, en medio de tanta gente que había recibido una educación de calidad desde que fueron niños. Y, a la vez, me dije: “Tengo mi grupo, tenemos una buena idea y sé que tenemos la capacidad de ir más lejos en la competencia”. Fue
hermoso porque tuvimos la oportunidad de interactuar con CEO de compañías de biotecnología que son muy muy grandes, por ejemplo, el Grupo Roche o Gingko Bioworks, que es una de las más grandes en EE.UU. Eso me empoderó, como mujer y como líder, para darme cuenta de que, como ecuatorianos, a pesar de que la biotecnología, en el campo de la biomedicina, no sea muy desarrollada, tenemos toda la capacidad para llegar muy lejos.
¿De qué se trató la solución que planteaste con tu equipo?
ALLVAX es una plataforma para crear vacunas. Identificamos una necesidad global. Hay enfermedades o pandemias que emergen en países en desarrollo, como África, debido a bacterias patogénicas resistentes a antibióticos que matan a millones de niños menores de cinco años cada año. Hay vacunas que pueden resolver este problema, pero son muy costosas; primero, porque necesitan de procesos químicos para desarrollarlas y, segundo, porque necesitan de una cadena de frío para que puedan ser transportadas. Y todo esto es demasiado costoso. Entonces, decidimos enfocamos en resolver este problema o, al menos, brindar una solución alternativa. Hicimos el desarrollo de una vacuna, no con procesos químicos, sino con procesos biológicos, lo cual permite que la producción sea más rápida y barata. Además, con la tecnología que planteamos, se abrió la posibilidad de hacer una liofilización, lo que significa que el producto se puede convertir en un polvo y, al estar en ese estado, se puede transportar a los diferentes países y no se necesita de una cadena de frío, lo que reduce los costos inmensamente. Y no solo los reduce, sino que permite que las compañías puedan distribuir las vacunas donde sea, en cualquier parte del mundo, porque el producto es generalmente estable a temperatura ambiente.
Sabemos que ganaron 10.000 libras esterlinas. ¿Qué viene después?
El próximo paso es recibir una mentoría para prepararnos para presentar nuestra idea a incubadoras y aceleradoras de negocios, con quienes se espera que esta propuesta sea una realidad.
¿Cuál es tu sueño?
Al inicio quería ser profesora, pero ahora es ser emprendedora en el campo de la biotecnología farmacéutica. Sé que en nuestro país estamos en pañales, todavía no hay nadie que tenga desarrollado este campo de la biología sintética aplicada a la biomedicina. Por eso, me gustaría que, si creo una compañía en EE.UU., también tenerla en Ecuador, para ayudar a contribuir al desarrollo, crear empleos y, de cierta manera, ayudar a potenciar la industria biotecnológica en el país.
¿Te ves ganando un Nobel?
Tal vez. Bueno, en una ocasión leí que los ingenieros buscan una manera de ayudar a la sociedad a través de la creación de industrias y procesos que puedan escalar los productos que son recientemente descubiertos. Y también leí que los científicos buscan ganar el Nobel. Yo no sé en qué categoría estoy, pero sí sé que me gustaría contribuir con un granito de arena más en el desarrollo del país, en mejorar la calidad de vida de las personas. Tal vez me veo ganando un Nobel, pero está todavía muy lejos.
¿Cómo empezó esta fascinación por la biotecnología?
Después del colegio, entré a la carrera de Ingeniería Química en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL). Hice investigación desde que estuve en el tercer semestre. Comencé en el laboratorio de nanotecnología, ahí trabajaba con bacterias para obtener oro a partir de minerales refractarios. Luego comencé a interesarme en el mundo de la biotecnología. En el transcurso de mis estudios, planteé un tratamiento para degradar el cianuro en las actividades mineras y realicé modelos matemáticos para predecir cómo podíamos optimizar el proceso. Con este estudio gané un premio de una empresa cuencana y viajé a EE.UU. a contar el proyecto. Pero no hablaba inglés y fue un golpe que me abrió los ojos. En 2017, participé y gané un concurso del Senescyt que se llamaba Galardones Nacionales. El premio fue una beca para estudiar en cualquier universidad del mundo. Gracias a ello, la UTPL me extendió una beca de inglés en Boston, con el objetivo de alcanzar el nivel necesario para entrar en las universidades extranjeras. Después de un año, con la suficiencia, algunos profesores de EE.UU. me recomendaron que aplicara directamente a una beca para PhD, porque mis calificaciones y los proyectos que realizaba me lo facilitaban. Me aventuré, apliqué a los programas de PhD y recibí muchas ofertas, una de las cuales fue la de Cornell University, que está entre las top 15 a escala mundial. Y no solo me aceptaron, sino que me mandaron una carta ofreciéndome pagar por todo mi programa. Así que no utilicé finalmente la beca de Senescyt. Ya en Cornell, decidí cambiarme de la biotecnología aplicada al medioambiente a la biotecnología aplicada a la biomedicina, porque era lo que me llenaba más personalmente.
No solo de estudios se vive, ¿qué haces en tu tiempo libre?
Voy al gimnasio a levantar pesas, leo mucho y toco el violín. Me gradué del Conservatorio de Música, creo que en Ecuador equivale a una tecnología. Ahora no lo ejerzo como carrera, pero me gusta seguir mejorando en esa área. Donde estudio hay un montón de cascadas y me gusta salir a explorar. Y otro de mis pasatiempos favoritos es hacer voluntariado en organizaciones que impactan a mi comunidad. Actualmente, soy la vicepresidenta de CBE Women, dentro de la Universidad, donde ayudo con la organización de eventos para promover la diversidad y la inclusión en las carreras STEM. Específicamente, el Women Event y el Catalyst Academy, mediante los cuales traemos a estudiantes de secundaria de escuelas rurales de EE.UU. para que tengan la oportunidad de interactuar con estudiantes de pregrado y posgrado. El objetivo es que los estudiantes tengan una idea de qué hace un científico o ingeniero, También organizamos actividades prácticas para que todos los estudiantes tengan la oportunidad de experimentar la ciencia.