CEIPA SE ENFOCA EN LA SOSTENIBILIDAD SOCIAL Y DEL RECURSO ATUNERO
LA CÁMARA ECUATORIANA DE INDUSTRIAS Y PROCESADORES ATUNEROS (CEIPA) IMPLEMENTA EL PROGRAMA DE MEJORAMIENTO DE LA CALIDAD DE VIDA DE SUS COLABORADORES. EN EL PRIMER TRIMESTRE DE 2023 SE PRESENTARÁN AVANCES Y COMO PARTE DE LA COLABORACIÓN QUE MANTIENE CON LA FAO. LA HERRAMIENTA DIGITAL PERMITIRÁ GEOLOCALIZAR A MÁS DE 24.000 COLABORADORES TRABAJADORES DE LA INDUSTRIA, VISIBILIZAR Y CAMBIAR CONDICIONES DE VIDA.
Los últimos 20 años la industria atunera ha recorrido un camino hacia su transformación. El sector pasó del uso del hielo para exportar los lomos congelados, a un proceso acelerado de industrialización de conservas en latas, pouch y frascos de vidrios. Además, la innovación en productos con valor agregado, como ensalada de atún con verduras, encebollado y delicatés, le abrió nuevos mercados. Actualmente el sector está un momento histórico para consolidar las bases de una potente industria, que tiene sus pilares en la sostenibilidad social y del recurso atún.
En ese tiempo, la Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros (CEIPA), asentada en Manta, marcó el liderazgo para generar políticas públicas que apuntalen los objetivos de esta industria. El gremio comenzó hace dos décadas con cuatro empresas y ahora reúne a 11, en su mayoría opera en Manabí, y concentra el 70 % de las exportaciones de lomos y conservas de atún. Entre enero y agosto de 2022 las ventas de Ecuador sumaron 185.507 toneladas y US$ 866 millones en valor FOB.
Mónica Maldonado, directora ejecutiva de CEIPA, señala que tienen un Código de Conducta Empresarial que se enfocó en esos dos pilares principalmente, porque sin ellos no existiría la cadena del atún, ya que las máquinas no hacen la industria. “Hace una década, la sostenibilidad del recurso atún era una diferenciación, ahora es una condición para mantenerse en el mercado, y si se suma la sostenibilidad social, más que diferenciación es un efecto de reputación de un buen empresario atunero, que sabe hacer el producto y, de manera simultánea, cuenta con un trabajo y ambiente laboral muy bueno”.
La mano de obra que produce una lata debe ser calificada, especializada y motivada para ir a trabajar, y eso se relaciona directamente con la productividad, explica. Mónica Maldonado es una economista, con especialización en gestión empresarial y proyectos. Tiene 26 años de experiencia en el sector exportador. Hace 15 años se convirtió en la primera mujer en el cargo de Directora Ejecutiva de CEIPA, y ha trabajado en la construcción de políticas públicas y en programas pioneros.
Hay más de 24.000 personas afiliadas en las empresas de CEIPA y cada una tiene tres miembros promedio en su familia. Además, la cadena tiene proveedores de aceites, fundas, cartones, etiquetas, transporte, sistema financiero, que suman más de 100.000 personas vinculadas directa e indirectamente a la actividad. Si se cuenta la flota atunera, y otros proveedores, desde botas e indumentaria, son más 500.000a nivel nacional.
CEIPA se acogió a la iniciativa Hand to Hand (Mano a Mano) de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que apoya programas de transformación para la erradicación de la pobreza (OSD1), el fin del hambre y la desnutrición (OSD2) y la reducción de las desigualdades (OSD 10). Desde octubre de 2021 trabaja en el Programa de Mejoramiento de la Calidad de Vida, a través de una herramienta digital llamada semaforización. Comenzó con un plan piloto, con una empresa de 167 empleados, y desde mayo se sumaron todas las empresas socias cobijadas con la metodología de la Fundación Greenlight.
Cada colaborador llena una plantilla con cinco indicadores, donde se hacen preguntas sobre sus condiciones de vida, ingresos y su destino, acceso a servicios básicos, alimentación, vivienda, entre otros. Así se obtiene el semáforo de la familia: rojo, amarillo o verde. La herramienta generará data que permitirá a CEIPA hacer una geolocalización de cada colaborador. Los primeros resultados del programa serán presentados en enero de 2023 en conjunto con la FAO. La metodología permitirá medir el impacto permanentemente y actualizar la data con nuevos empleados.
Mónica Maldonado explica que el programa aporta a la industria para prepararse ante las nuevas exigencias del mercado. Durante la evaluación de los cinco años de la vigencia del Acuerdo Multipartes con la Unión Europea, se conoció que el bloque está por aprobar una ley de la debida diligencia para la cadena de suministros. Es decir, cada producto que se exporte debe provenir con indicadores positivos de mano de obra.
CEIPA viene trabajando desde el 2011 el Protocolo de Conducta de la Cadena de Valor de la Pesca del Atún -Protocolo Voluntario, que consolida la normativa, decretos y controles nacionales e internacionales. Se basó en el Código de Conducta de la FAO. Eso sirvió de marco para el desarrollo e implementación de la Marca Sectorial del Sector Atunero que regulará la emisión de un sistema de certificación del Sistema Sustentabilidad Ecuatoriana Atunera (SEA). El objetivo es que este sistema se eleve a política pública y servirá para certificar las prácticas de responsabilidad social y de sostenibilidad de la industria atunera.