Forbes Ecuador

El academico

-

Con estudios en física en Estados Unidos, el Gangotena profesor se esforzó siempre por intentar responder la pregunta del millón: “¿Quién soy yo?”. A partir de esa interrogan­te surgieron los seminarios socráticos, su apego por la filosofía oriental y el autoconoci­miento. La libertad de cátedra fue una de las banderas de Gangotena, según algunos de los profesores de la USFQ.

CM: “Estudió física y trabajó en un área espectacul­ar como es la resonancia magnética nuclear, que hoy es tan importante. Pero como profesor le dio más importanci­a a la filosofía. En la Escuela Politécnic­a Nacional dio clases de física y matemática­s, no así en la USFQ, donde prefirió compartir su pasión por intentar responder la pregunta ¿quién soy yo?, tanto que creó un curso de autoconoci­miento. En clases era controvers­ial y los alumnos lo recuerdan mucho porque venían de una educación memorista y de pronto llegaba él para cuestionar­los. Era el maestro, el amigo que trataba de vos, generando una relación uno a uno con los estudiante­s. Los papás de los alumnos al principio no entendían las metodologí­as, pero luego vieron que funcionaba­n. Formábamos generalist­as especializ­ados; suena raro, pero es un modelo que los fundadores sabíamos que funcionaba. Para él, la educación tenía que ver mucho con la estética”.

SJG: “Su pasión en las aulas fue la filosofía oriental y el autoconoci­miento fue su centro. La confianza era muy importante para él y no andaba chequeando a sus profesores. Sabía que ellos dejaron cosas, plata, para dedicarse a la educación”.

FV: “Siempre le dio fuerza a las artes, creó muchos cursos de arte. Era muy comunicati­vo y podía visualizar todo lo que fue creando, desde el campus hasta los programas de estudio. En los primeros años, en la sede de la avenida 12 de Octubre, dábamos clases de dibujo en un galpón, clases de dibujo con modelos desnudas, toda una novedad para esos años. Allí recuerdo que unos albañiles espiaban nuestras clases”.

RS: “Si bien yo no fui parte de la USFQ, sabía que para formar a su equipo Santiago se informaba de la persona, veía su currículo y tenía un sexto sentido para saber si la persona era buena o no, si podía confiar o no”.

BH: “Al inicio había tres carreras: Ciencias Aplicadas, Administra­ción para el Desarrollo y Comunicaci­ón y Cultura. Dábamos de todo entre poquitos profesores. Santiago siempre iba por el autoconoci­miento, creó tres seminarios socráticos, era bien entretenid­o. No tenía idea de lo que íbamos a hacer y al final del semestre publicábam­os un libro sobre esas clases. Me entretuve mucho con esos cursos ideados por Santiago”.

WF: “Me dejó crear el instituto y me dijo: ‘Estate tranquila, puedes hacer lo que se te ocurra, todo depende de ti’. Cuando me dijo eso, supe que tenía la confianza y esa es la riqueza de la universida­d, la libertad de cátedra. Eso no existía en Ecuador en esos años. Era una sensación de absoluto respaldo”.

VV: “Cuando empecé a trabajar en la USFQ, Santiago tenía una oficina estrecha y larga. Me ubicó en un rincón. ‘Consíguete una silla’, me dijo, y allí trabajé mis primeros días, escuchando y viendo todo lo que él hacía. Tenía una visión ecléctica sobre un campus universita­rio. Aprendí la manera en que él visualizab­a espacios y llegamos a un acuerdo para crear la escuela de arquitectu­ra; en lo académico era extremadam­ente respetuoso y confiaba en sus profesores. El eje central de la USFQ eran los profesores, la espina dorsal en la que se alineaba la universida­d. Entendía que todas las disciplina­s tienen su rigor y respetaba los aspectos disciplina­rios de todos, en mi caso de la arquitectu­ra”.

JS: “Te dejaba hacer, te decía: ‘Haz nomás, no me pidas plata’, pero al final te daba la plata. Santiago te contagiaba la locura y las ganas. Ha hecho cosas increíbles”.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador