Los indicadores comenzaron a deteriorarse, según los últimos informes del INEC.
Con la caída internacional de los precios del petróleo y el agotamiento del modelo sustentado en un alto gasto público, que privilegiaba la distribución del ingreso más que la generación de riqueza, la reducción de la pobreza se estancó a partir de 2014.
Según los últimos datos del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC) también inició un proceso de deterioro que incluye a ciudades como Quito y Guayaquil.
Durante el periodo 2003 y 2006, la pobreza se redujo del 49,1% al 37,4% y la pobreza extrema del 26,8% al 16,8%. En los primeros seis años de la década correísta, con mayores ingresos, la pobreza siguió reduciéndose, aunque a menor velocidad, hasta llegar al 24,5% y la pobreza extrema al 8%.
Sin embargo, la última encuesta del INEC, con corte a junio de este año, mostró que los niveles de pobreza por ingresos, luego de reducciones
Criterios
Según Gabriela Calderón, analista en el Cato Institute, el problema principal de las economías que todavía no dan el salto al desarrollo es crear más riqueza, no distribuirla mejor. “Por eso importa el crecimiento económico sostenido y convienen las políticas que lo promueven”, dijo.
Un estudio del Banco Mundial analizó que la mejora en los ingresos del 40% más pobre en 118 países en los últimos 40 años, se debió en tres cuartas partes al crecimiento económico, y solo una cuarta parte a programas redistributivos.
Además, el creciente gasto público puede provocar un aumento circunstancial de los niveles de vida, pero si no se cimienta en políticas de fomento del empleo y de la actividad productiva, los beneficios se esfuman rápidamente, junto con los precios internacionales de materias primas, como el petróleo.
Esto es lo que ha pasado en el país en los últimos años, de acuerdo a Andrés Ricaurte, economista. “El modelo de desarrollo se sustentó en los grandes ingresos externos por venta de crudo, pero cuando pasó la bonanza no se habían hecho cambios estructurales para fomentar el mercado laboral, el emprendimiento y la producción”, acotó.
El resultado es una sociedad, que en medio de una crisis de liquidez de la caja fiscal, debe cambiar completamente de esquema y buscar un crecimiento económico que no se base en el gasto estatal, sino en un aumento de la productividad y competitividad. Así podrá generar las condiciones de una riqueza creciente que pueda sacar, de manera sostenible, a la mayor cantidad de personas de la pobreza.