Avioncitos
Tembladera ha causado en los complotados de la década pasada, la retardada idea del Contralor de investigar los entretelones del uso de dos aeronaves presidenciales. El dictador de la década pasada, con la mentalidad de mayordomo antiguo, las manejaba como si fueran de su uso personal. Preocupa que la Auditoria no incluya también los misteriosos vuelos con Tame. Varios periodistas han dado detalles de las barbaridades que se cometieron, pero nadie ha dicho nada todavía del sistema de secretismo y control que blindaron el tema. Un búnker para los aparatos, su mantenimiento, la carga y descarga. Tripulaciones inamovibles, juramentadas para el secreto. Los comandantes y jefes de la FAE jamás pudieron controlar al personal ni los reportes de vuelos. La Aduana, en complicidad dolosa, nunca recibió manifiesto y peor inspecciones de las cargas que salían y llegaban al país. Es de esperar que la Auditoría se haga con profundidad. Todo el esquema de compras, vuelos, autorizaciones, carga y mantenimiento eran dirigidas directamente por el Presidente de la República. El “yo no fui o yo no sabía” no caben y la explicación de que pudo haber abusos es “escupir al cielo”. Esteban Izurieta C.
Quito