Demandan controles de tránsito en la calle Calderón de Tulcán
Un centenar de bodegas y la presencia de vehículos pesados generan congestión en esta arteria de Tulcán.
TULCÁN • La calle Calderón, ubicada en el sector centro norte de Tulcán, es uno de los ejes viales urbanos longitudinales que desfoga el tránsito vehicular de norte a sur. Sin embargo, los usuarios frecuentes se quejan por las dificultades que existen para transitar.
En esta calzada se encuentran asentados más de unos 100 negocios que comercializan productos al por mayor que van hacia Colombia, generando la presencia de automotores serios inconvenientes tanto a peatones como automotores.
Jorge Rosero, morador del norte de la ciudad asegura que transitar por esta calzada genera más de un inconveniente ante la actitud desconsiderada y hasta hostil de ciertos conductores que se estacionan en cualquier lugar de la arteria e irrespetan las normas de tránsito.
Problemática
Vehículos con placas colombianas y ecuatorianas, que realizan el cargue y descargue de arroz, huevos, aceites, jabones, detergentes, azúcar, licor, mantequilla, gaseosas, crema dental, harina, licor, vinos, entre otros, obstaculizan la vía.
Camionetas, autos y camiones obstruyen la movilidad, “estacionándose” de forma incorrecta, no permitiendo el flujo normal de los vehículos que se desplazan por esta arteria.
Inclusive hay personas que dejan parqueados los carros o se dedican a conversar o a realizar transacciones económicas desde los mismos, sin importarles que hay ciudadanos en autos que quieren superarlos para transitar normalmente.
No hay control
La falta de control hace que estibadores y choferes irrespeten las más elementales normas y reglamentos de tránsito, provocando un verdadero caos en ciertas horas de la mañana y en la tarde, tanto en las aceras como en el adoquinado.
Desaprensivos profesionales del volante se sitúan incluso en la mitad de esta arteria conformando una línea horizontal de vehículos, que obstruyen la circulación y la movilidad.
Trepan las pesadas máquinas en las aceras, donde se estacionan hasta cargar las mercaderías, cerrando el paso a los peatones, que deben utilizar la calle para movilizarse, como cuenta Luis Narváez, vecino del lugar.
Preocupa además que automotores pesados ingresen a la Calderón con gigantes volúmenes de productos para descargar en las inmensas bodegas, que están en el interior de viviendas particulares.
En este barrio quizás se desconoce sobre la reglamentación y ordenanza que norma el uso del espacio público, razón por la que se han instalado gigantescas despensas y enormes bodegas, en las que son ingresados tráileres o pesados camiones.
La presencia de las inmensas moles (camiones) en esta zona está deteriorando el estado de la calle, que recepta 40 mil vehículos semanalmente. Ondulaciones y cráteres en el adoquinado causan estragos a los vehículos que circulan por este parte de la urbe
Joffre Benavides, ex director de movilidad municipal y actual comisario municipal, dijo que no existe la autorización para el ingreso de camiones de alto tonelaje y que hay también una reglamentación para la instalación de las bodegas.
El funcionario anunció que se efectuarán los operativos correspondientes, más aún cuando en la calle Manabí se realiza el asfaltado de esta calzado, constituyéndose en arteria de descongestión de la Calderón.