ELN libera a tres militares secuestrados
La guerrilla, sin embargo, no ha dado muestras contundentes de querer la paz.
El Ejército de lIberación Nacional (ELN) dejó en libertad ayer a tres militares que había secuestrado el 8 de agosto en Colombia, antes de que venza el plazo que se dio el gobierno para evaluar si retoma diálogos de paz con esa guerrilla.
Los uniformados fueron entregados a una “comisión humanitaria” conformada por la Defensoría del Pueblo y la Iglesia católica, y fueron trasladados a la ciudad de Arauca, próxima a la frontera con Venezuela, señaló el organismo que vela por los Derechos Humanos en el país.
Los soldados Yair Vega, Juan Pablo Rojas y Eduardo Caro habían caído en manos de los rebeldes cuando se movilizaban por esa región del noreste de Colombia. Según el alto mando militar, los tres iban desarmados y viajaban de civil en un vehículo.
“Los soldados fueron recibidos en buen estado y atendidos por médicos y psicólogos de la Unidad Militar”, indicó el Ejército en un boletín.
Hay más retenidos
Reconocida oficialmente como la última guerrilla de Colombia, el ELN había tomado como rehenes a los militares junto a otras seis personas en acciones realizadas al término de los diálogos de paz que sostuvo hasta agosto con el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos (2010-18).
El martes la organización guevarista, que se levantó en armas en 1964 inspirada por la revolución cubana, comunicó su decisión de liberar a este grupo de secuestrados de manera unilateral, tras semanas de forcejeo con el Gobierno en torno a protocolos que permitieran la entrega.
A horas del plazo
Al asumir el poder, el presidente Duque dijo que se tomaría un plazo de un mes (que expira el 7 de septiembre) para decidir si retoma las conversaciones con el ELN, tras el desarme y transformación en partido de las FARC el año pasado.
El mandatario de derecha venía exigiendo la liberación de los secuestrados como un primer gesto de “voluntad de paz”. El secuestro es uno de los delitos del conflicto más repudiados por los colombianos.
Duque llegó al poder con la promesa de modificar el histórico pacto de paz con las disueltas FARC, que considera indulgente con la que fue la guerrilla más poderosa de América, y de endurecer las condiciones para negociar con el ELN.
Para continuar las conversaciones, el Presidente exige que los combatientes del ELN, calculados en unos 1.500 según cifras oficiales, se concentren con supervisión internacional y cesen cualquier actividad ilegal, especialmente el narcotráfico, los ataques a la infraestructura petrolera y el secuestro.
Negociaciones difíciles
El ELN ha negado tener vínculos con el narcotráfico, que ha alimentado a los actores armados de la sangrienta guerra colombiana, pero ha reconocido que en sus zonas de influencia cobra a quienes ejercen actividades legales e ilegales. Expertos han advertido de la dificultad de negociar con la guerrilla guevarista, que cuenta con una amplia red de colaboradores, por su estructura federal y porque ponen en entredicho su unidad de mando.
Colombia busca salir de un conflicto armado que en medio siglo ha enfrentado a guerrillas, paramilitares, agentes estatales y narcotraficantes, con saldo de ocho millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.