Polvo y ceniza
En ocasiones se hace necesario establecer una analogía con otros hechos o circunstancias para iniciar un relato que reviste interés para la sociedad, sea cual fuere su característica. Se hace referencia a la novela del autor azuayo Eliecer Cárdenas, cuyo título encabeza esta columna, que en esta oportunidad ayuda a aproximarse a tratar de entenderun problema socio cultural y político –administrativo, que ha sorprendido ala conciencia cultural y científica de Brasil, las Amé ricas y del Mundo.
Se trata de la lamentable desapariciónfísica del Museo Nacional de Brasil, localizado en la ciudad de Río de Jane ir o, el cual sin causa aparente fue devorado por un incendio incontenible e incontrolable por el esfuerzo humano, quedando in utilizado completamente, a excepción de los cimientos de una construcción arquitectónica propia de un pasado glorioso. Qué es un museo, qué importancia tiene, cómo influye en la conciencia de la sociedad y que le genera ala población y a sus instituciones, inclusive. Un museo es el lugar en donde se guardan los objetos notables de las ciencias y las artes. Se entiende que este tipo de espacios físicos van de la mano de, por lo menos, dos aspectos fundamental es: en primer lugar, de un entorno natural y material que faciliten las condiciones idóneas para organizar, exhibir y trasmitir conocimientos al observador, y; en segundo lugar, el museo, incuestionable mente, debe disponer de la infraestructura, instalaciones y sistemas que las veinticuatro horas del día operen en alarma y defensa de su integridad, ante un siniestro causado por el propio hombre o por circunstancias fortuitas. Asuntos elementales que se debe considerar y poner en marcha rigurosamente.
El museo es importante en una comunidad, en una ciudad, en un país porque a través de objetos materiales de diversa naturaleza, manifiestan el desarrollo que emprendieron sus cultores y sociedades desde tiempos inmemoriales; evidentemente, aquellos objetos son elaborados con la mayor prolijidad, sabiduría y quemar can hitos en su proceso de evolución y desarrollo.
Brasiles un país di verso, extraordinariamente rico en manifestaciones sociales, culturales, artísticas, científicas, técnicas y tecnológicas, como lo es el Continente americano, como lo es el Cono sur, los Andes, Mesoamérica y el Caribe. Sus grupos sociales, los pueblos, sus comunidades asentados a lo largo y ancho de su vasto territorio, así como los Latino americanos que aman sus culturas y sus manifestaciones vivas, sienten la pérdida del Museo Nacional y la riqueza que este significa para América. Sabiendo del entusiasmo, creatividad, entrega y disposición de los pueblos de Brasil, se levantará como el Ave Fénix.
Se viene a la memoria los esfuerzos que líderes comunitarios y organismos del Estado en los años 90 del siglo pasado, desplegaron entorno aun programa nacional de museos comunitarios en varias provincias del país, algunos de los cuales han logrado cumplir con su funciónen beneficio de las comunidades en donde se construyó esta infraestructura prodigiosa, por sus resultados materiales y socio culturales son espacios que dignifican ala sociedad.
Carchi e Imbabura son provincias privilegiadas en recursos, objetos y creaciones múltiples, desde tiempos remotos; sus cultores hacen honor al pueblo y a la cultura de donde provienen y dan cuenta de su potencial y trascendencia a pesar de las inclemencias del tiempo y de los hombres. Lamentablemente, yacen varios espaciosabandonados o poco utiliza dos represando la voz de objetos, vestigios y actores que aspiran expresarse resaltando el valor educativo, artístico, cultural, técnico y científico. Se carece de un museo artesanal; guardando las proporciones, ni siquiera un mercado de artesanías se ha construido en sus capitales de provincia, a pesar de su evidente desarrollo resultado del esfuerzo de los artesanos, cuyos productos se han hecho merecedores del reconocimiento nacional e internacional. En Imbabura, en Caranqui por ejemplo, los objetos de su antiguo museo no tiene un destino cierto, mientras los vestigios arqueológicos en la tierra de Atahualpa están a cielo abierto y abandonados.
En otro ámbito, en la provincia fronteriza no se organizado el museo de la papa, en una provincia prodigiosa en el cultivo y producción de este tubérculo clave en la alimentación de la población del país; sin embargo, es digno de destacar los trabajos realizados por algunos gobiernos locales por organizar museos de sitio para satisfacción de su pobladores y visitantes.