Obtener estatus de refugiado, una cuestión de paciencia
Janeth Caicedo llegó hace 15 años a Ecuador desde Colombia. Desde entonces, vive con una visa 12-IV (de refugiado), que debe renovar cada dos años.
“Desde hace seis semanas estoy esperando la impresión. Me dijeron que aquí en Quito no había material, y me fui para Ibarra. Allá tampoco lo hicieron. Lo único que me dieron cuando renové esta vez, fue un papel con la certificación de mi estatus de refugiada”, comentaba Caicedo mientras esperaba en la fila para la renovación.
Obtener y mantener el estatus de refugiado en Ecuador no es sencillo. A pesar de haber sido reconocido este año por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) como el país que tiene más en América Latina: 60.000 hasta 2016, los tiempos para su obtención han escalado desde los seis meses hasta los dos años.
María Clara Martín, representante de la Acnur en Ecuador, explica que el sistema de solicitud de refugio local estaba acostumbrado a recibir unas 6.000 solicitudes al año. Sin embargo, con el éxodo venezolano entre 2017 y lo que va de año, estos números han incrementado.
Datos recopilados por la Acnur desde la Cancillería cuentan que en 2017 se registraron unas 1.530 solicitudes y desde enero hasta el 31 de julio de 2018 esta cifra rondaba los 4.952.
Aplicar varias veces
Reinaldo Dos Santos llegó a Ecuador hace cinco meses y está solicitando el estatus para toda su familia. “Me rechazaron la solicitud. Dicen que debo tener los papeles completos. Lo que pasa es que yo salí huyendo de Venezuela y no me traje algunos documentos de identidad de mi familia”.
Dos Santos cuenta que en Maracaibo (ciudad al noroccidente venezolano), mantenía una distribuidora de carne y pescado y, al negarse a pagar vacunas (sobornos) a las autoridades locales para seguir con su negocio, recibió amenazas de expropiación y en contra de su integridad física.
“Yo agarré a mi esposa y a mis dos hijos y me vine”, asegura y planea decirle a unos amigos que dejó en Maracaibo que le envíen lo que le hace falta.