La ONU alerta de un ‘baño de sangre’ en Siria
BEIRUT, AFP • Los bombardeos del régimen sirio continuaron ayer contra el último bastión insurgente de Siria en la provincia de Idlib, en vista de una ofensiva apoyada por Rusia que deja planear la amenaza de un “baño de sangre” según el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Los disparos de artillería en Idlib se producen un día después del anuncio por la coalición antiyihadista liderada por Estados Unidos del lanzamiento de la fase final de su operación militar contra el grupo Estado Islámico (EI) en el este de Siria.
En la región de Idlib, los bombardeos del ejército sirio tuvieron como objetivo el sur de esta provincia limítrofe con Turquía, sin causar víctimas según el Observatorio sirio de derechos humanos (OSDH).
Idlib “no debe convertirse en un baño de sangre”, dijo Antonio Guterres, en el que pidió a Rusia, Irán y Turquía hacer todo lo posible para proteger a los civiles y evitar una “baño de sangre”.
Tragedia humanitaria
Una ofensiva militar del régimen en Idlib “desencadenaría una tragedia humanitaria sin precedentes”, consideró Guterres, durante una sesión del Consejo de seguridad de la ONU dedicada esencialmente a la situación en Idlib.
“Combatir el terrorismo no libera a los beligerantes de sus obligaciones impuestas por el derecho internacional”, agregó.
Se estima que la población en Idlib es de tres millones de personas, incluido un millón de niños. Cerca de la mitad son refugiados que han huido de otras zonas de conflicto en Siria.
Más de la mitad de esta provincia del noroeste sirio está controlada por el grupo yihadista Hayat Tahrir al-Cham (HTS), exrama siria de Al Qaida. El resto del territorio está en manos de grupos rebeldes rivales.
Desde hace semanas, el régimen sirio congrega refuerzos militares en los alrededores de la provincia, que ya es bombardeada en los últimos dias.
Miles de desplazados
Según la ONU estos bombardeos del régimen sirio y de su aliado ruso contra Idlib dejaron más de 30.000 desplazados. El organismo internacional teme la “peor catástrofe humanitaria” del siglo XXI en esta provincia de Siria.
La guerra en Siria ha provocado la muerte de 350.000 personas desde 2011, y desplazado a millones de sirios a otras regiones del país o al extranjero.