La Hora Carchi

Los golpes que lo llevaron a Estados Unidos

El ecuatorian­o competirá en el país el 27 de octubre. Su última pelea fue ante Sergey Lipinets.

- ERICK BONE

Cerca del pómulo tenía una mancha morada, que apenas se veía. Había que acercarse un poco para notarla. Esa era la señal de que hace pocos días, el boxeador Erick Bone había competido. El resultado no fue de su agrado. Perdió ante el kazajo-ruso Sergey Lipinets, excampeón superliger­o, por decisión de los jueces. “Sé que me robaron, sé que pudimos hacer mejor las cosas”.

Bone, quien pelea en las categorías welter (147 libras) y superliger­o (140 libras), suma 20 triunfos y 6 derrotas. Hace tres años decidió buscar mejores días en Estados Unidos y no duda al decir que su vida cambió, para bien.

Sin embargo, ha tenido que pagar un alto precio: dejar a su familia. “La primera vez que me fui (2015) regresé al país luego de 11 meses, fue duro. Este año ha sido diferente, más o menos cada tres meses estoy viajando”.

Un fuerte aterrizaje

Al verlo saltar al ring su rostro transmite miedo, como un león que asecha a su presa. Fuera de las cuerdas desnuda su alma. Se muestra como es. No teme al contar que se le ‘subieron los humos’ luego de ganar un buen dinero en Estados Unidos. El aterrizaje fue fuerte.

“Me compré la casa, el carro y comencé a conocer otro tipo de gente. Andaba con una maleta llena de ropa en el auto, porque a veces ya no llegaba a la casa. Tenía discusione­s con mi esposa. No le daba tiempo a mi familia. Me estaba volviendo estúpido. Todo cambió cuando tuvimos un accidente en el auto con mi familia”. Nadie salió herido. A los pocos días él tuvo que viajar a Estados Unidos y su esposa, Daniela Andrade, se hizo cargo de los trámites legales.

Sin arrepentim­iento

Bone, de 29 años, dice que irse fue una de sus mejores decisiones. Ahora, su objetivo es tener un contrato con Al Haymon, mánager de Floyd, quien ha mostrado interés en él; además, de otros agentes.

Al hablar de números no se reserva. Cuenta que lo máximo que ganó en una pelea en el país fueron 4.000 dólares y en Estados Unidos recibió un jugoso cheque de 200.000, en una noche. -¿Pero, tiene que ganar para que le den el dinero?- Bone explica que no, que antes de la pelea se fija una cantidad. “Hay que recalcar que no son peleas grandes, porque esas sobrepasan el millón de dólares”.

Lo que se viene

Su próxima pelea será el 27 de octubre, en Ecuador. Aceptó porque le pareció interesant­e el proyecto. “Ellos quieren que más muchachos salgan del box. Por eso me animé”. Para su competenci­a se entrena a diario. Sino está el gimnasio se lo encuentra trotando en la extensión de la Simón Bolívar.

Espera pelear hasta los 35 años. Antes quiere terminar de estudiar. Se quedó hasta segundo de bachillera­to. Su sueño es ser entrenador de box.

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TRABAJO. Erick Bone entrena a diario para estar listo a cualquier pelea que le programen.

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