La Hora Carchi

Comunidade­s campesinas mantienen vivo el fogón

Familias de Tungurahua aún conservan la antigua tarea de cocinar con leña y abrigarse con el calor del fuego.

-

Tungurahua. Es casi el medio día. Desde lejos se observa cómo el humo, con un fuerte viento, se despliega rápidament­e sobre los techos de zinc y teja de algunas de las casas de la comunidad Pamba Redonda, en la parroquia Pilahuín, ubicada a 30 minutos del centro de Ambato.

Aquí está la casa de Josefa Toalombo Curillo, una mujer indígena a quien se le complica hablar castellano, pues su lengua nativa es el kichwa, sin embargo se deja entender y mientras seca sus anacos sobre la leña, saluda repitiendo “días, días”. Es muy amable y sonriente.

En el patio de su domicilio están, muy campantes, caminando las gallinas, los perros amarrados a la pata de la jaula donde tiene algunos cuyes, mientras los gatos están sentados en una ventana sin vidrio.

Pronto Josefa saca de una shigra pequeña, que lleva colgada en su cuello, la llave para abrir la puerta de su casa, en tanto que le pide al ‘Sambo’, uno de los perros, que deje de ladrar.

Un sanjuanito, que suena en volumen bajo, también es parte de este escenario. La mujer se sienta cerca del fogón, sobre un banco de madera, desde donde cuenta que prepara sus alimentos que cosecha de sus terrenos; habas, papas, mellocos, ocas, col entre otros, en la cocina de leña.

Desde la cocina

Unas cuantas ollas antiguas, el aventador tejido de estera, unas dos cucharas de madera y el tiesto son las herramient­as que le sirven a Josefa para cocinar, “en el tiesto puedo tostar la cebadita para tener máchica y el maíz para hacer una coladita”, asegura.

Al estar unos minutos cerca del fuego, el frío desaparece del cuerpo, mientras tanto Josefa pone a cocinar mellocos para el almuerzo. De pronto su rostro se ilumina cuando habla de la familia, “cuando vienen mis hijos y mis nietos nos sentamos alrededor de la tullpa (fogón, candela) y cocinamos juntos, ahí el frío ni se siente”, asegura la mujer, que enviudó hace algunos años y que ahora asegura ser muy feliz en su hogar que lo comparte con sus tres gatos y demás animales a los “que no abandonarí­a jamás”. En cuanto a la leña, que es la herramient­a principal del fogón, cuenta que la recogen de los cerros, donde crecen los eucaliptos y que son sus hojas y sus ramas secas las que sirven para encender el fuego, pero como a Josefa le es muy difícil llevar leña hasta su casa, compra, cada tres meses, el material que lo traen en una camioneta y que le cuesta 20 dólares.

Recuerdos

En Misquillí, pertenecie­nte a la parroquia de Santa Rosa, ubicada a 15 minutos al sur del centro de Ambato, habita Bartolomé Jinde Asubadín, que abre las puertas de su humilde hogar, una construcci­ón antigua de paja y barro.

Mientras pone agua a hervir para el ‘matahambre’ (alimento liviano) de las cinco de la tarde, Don Bartolomé recuerda que desde que era niño ayudaba a sus padres a recoger leña para cocinar. “Cuando éramos guambras con mis hermanos llevábamos costales para juntar las hojas”, dice Bartolomé, mientras se mantiene al pie del fogón de la casa donde vive desde que se casó. Su fogón esta construido con dos bloques que sirven de cimiento, que están separados por una distancia considerab­le y sobre ellos se sostienen dos varillas que sirve para colocar la olla que el hombre utiliza para cocinar sus alimentos.

 ??  ??
 ??  ?? ALIMENTACI­ÓN. Bartolomé Jinde Asubadín usa las ramas y hojas secas del eucalipto para encender fuego en su fogón.
ALIMENTACI­ÓN. Bartolomé Jinde Asubadín usa las ramas y hojas secas del eucalipto para encender fuego en su fogón.
 ??  ?? COSTUMBRE. Josefa Toalombo Curillo, mujer indígena y humilde, enseña cómo cocina en el fogón de su casa.
COSTUMBRE. Josefa Toalombo Curillo, mujer indígena y humilde, enseña cómo cocina en el fogón de su casa.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador